Cerca de 500 personas se han congregado esta mañana en el colegio Salesianos para vivir el Encuentro diocesano de inicio de curso. Esta cita ha servido para entrar en sintonía con los objetivos y prioridades que marcarán el nuevo curso pastoral en la Archidiócesis de Zaragoza. El encuentro, concebido como un espacio de formación y comunión, reunió a sacerdotes, religiosos, laicos y agentes de pastoral para profundizar en la misión común y coordinar los esfuerzos evangelizadores que se llevarán a cabo a lo largo del año.
El arzobispo de Zaragoza, D. Carlos Escribano, dio la bienvenida a todo el público reunido, tras un momento de oración compartida, guiada y amenizada por la comunidad del Buen Pastor. Don Carlos enmarcó la jornada, subrayando la idea de que «todos somos portadores de la Buena Noticia» con la «misión de anunciarla» a nuestro entorno. Por ello, alentó a «trabajar unidos y bajo una misma visión para responder a los desafíos actuales». Asimismo, remarcó que la Iglesia debe arriesgarse, salir a la calle» porque sabe «sanar las heridas», impulsando el primer anuncio con «alegría y sencillez».
A continuación, intervino el obispo de Solsona, D. Francisco Conesa, responsable del proceso sinodal en la Conferencia Episcopal Española. Don Francisco señaló que la sinodalidad es una disposición espiritual, personal y comunitaria, que impregna la vida continua de los bautizados: «Si falta esto, la sinodalidad se reduce a un mero expediente organizativo». añadió que «todos los bautizados son responsables en la misión» y que han de «dar el salto de ser colaboradores a sentirse corresponsables de la misión». Apeló a la necesidad de «un laicado maduro y comprometido capaz de dar su contribución específica a la misión eclesial». Puedes acceder a su presentación en este enlace.
Tras un tiempo de preguntas por parte de los asistentes al obispo de Solsona para ampliar el tema del aterrizaje de la sinodalidad en la vida parroquial, se procedió a un tiempo de descanso tras el cual se presentó la nueva marca corporativa de la Archidiócesis. De esta hablaremos próximamente.
Por su parte, el redentorista y párroco del Perpetuo Socorro, Jorge Ambel, ofreció una charla sobre claves y concreciones para la misión parroquial.
Una vez concluida las partes expositivas del encuentro, tuvieron lugar unos talleres por vicarías para reflexionar sobre la misión en cada comunidad buscando nuevas vías para el Primer anuncio. Tras 45 minutos de reflexión en grupo, un portavoz de cada uno de ellos expuso de forma sintética las conclusiones a las que habían llegado. Estos resaltaron la buena disposición a participar y conversar, aseguraron que vieron con claridad la necesidad de formar un equipo de evangelización en su comunidades, acuñaron el perfil del buen evangelizador y afrontaron las dificultades de sus parroquias con ánimo e ilusión.
El encuentro puso de manifiesto el compromiso de todo el pueblo de Dios para impulsar las iniciativas de la Archidiócesis. La jornada no solo sirvió como punto de partida para el nuevo curso, sino también como una fuente de inspiración y motivación para llevar a la práctica la misión evangelizadora.