Este muevo inicio de curso, la Archidiócesis de Zaragoza despide a Raquel Luce, quien en los últimos años ha sido la delegada de Pastoral Juvenil, realizando un trabajo arduo, con, por y para los jóvenes de la diócesis. Raquel Lucea parte respondiendo a la llamada de Dios de iniciar su camino a la vida religiosa en Congregación de las Hijas de San José.
En el «Espejo de la Iglesia en Aragón» de COPE entrevistamos Raquel Lucea, delegada de Pastoral Juvenil de nuestra diócesis. A continuación, transcribimos la entrevista.
Rocío Álvarez: Lo primero de todo, Raquel, muchísimas gracias por atendernos y regalarlos puyes estos minutos de entrevista, en estas horas previas casi casi a coger la maleta y marchar a la que será tu nueva casa, a partir de ahora, la de las Hijas de San José en Calella, ¿verdad?
Raquel Lucea: Sí, eso es, ya estamos ultimando las maletas, recogiendo todo en casa, pues con nostalgia, pero con mucha alegría, de comenzar esta nueva etapa.
R.Á.: Qué maravilla, ¿háblanos un poco de esa conexión que has tenido siempre con las hijas de San José?
R.L.: Pues yo, es que estudié en el cole de las hijas de San José aquí en Zaragoza, pertenecí desde pequeñina al movimiento juvenil de los grupos Nazaret, donde fui creciendo en espiritualidad, en valores cristianos, entonces desde la niñez es la forma, en la que yo he visto la fe y con el paso de los años, pues realmente he descubierto que el Señor me quería allí con las Hijas de San José.
R.Á.: Qué es lo que más te ha traído de ellas, ¿no? ¿Y cuéntanos también un poco cuál es su misión?
R.L.: Sí, las Hijas de San José tienen la misión de evangelizar el mundo del trabajador pobre, con especial atención a la mujer, y realmente esa cercanía con la gente que tiene tanta sed de Dios, que cuando inició la Congregación allá en el siglo XIX, con toda la industrialización en Cataluña y en Salamanca, se vio esa necesidad, el Padre Francisco Butiñá que es el fundador, vio esas sed de Dios de los trabajadores más pobres, con menos recursos, y pues ahí toda la evolución y también hoy es muy necesario evangelizar el mundo del trabajo, y la verdad pues que siempre me ha llamado mucho la atención, el trabajo, el servicio, el estar codo con codo con los demás.
R.Á.: Y damos fe de ello los que tenemos visto estos años, Raquel, hablábamos eso de esa conexión de cómo has conocido, de cómo has vibrado, de cómo has conectado con ese espíritu, ese carisma de las Hijas de San José, desde pequeña de forma muy natural, también de cómo lo has hecho con los jóvenes, y ha sido a través del movimiento juvenil de tu cole, así como me comentabas el otro día también Raquel en las catequesis, verdad, tu querida parroquia de la Almudena, eso también te llevó a implicarte la delegación de la Pastoral Juvenil antes de recibir, pues esa llamada, de nuestro arzobispo, para encargarte la misión de ser su delegada. Tienes ya mucho trillado, mucho camino hecho, has visto mucho, por eso nos interesa mucho tu opinión sobre cómo valoras, cómo valoras la juventud de nuestra diócesis, de nuestra ciudad de Zaragoza.
R.L.: Pues la juventud de Zaragoza es muy diversa y tenemos mucha suerte, porque por un lado tenemos jóvenes súper implicados, que realmente se han encontrado ya con Jesús y tienen ese fuego interior, de querer darlo todo en sus parroquias, en sus movimientos, y también tenemos un gran reto, porque multitud de jóvenes que todavía no han tenido esa suerte de encontrarse cara a cara con Jesús. Entonces, los jóvenes que ya están a tope pues ahora tenemos el reto también de motivarles para que no se queden simplemente en su parroquia, sino que salgan, que sean valientes, que lo anuncien con todas las ganas.
R.Á.: Hoy, además pues abundan los ejemplos de iniciativas de evangelización a los jóvenes, que conectan con ellos, muchos conocemos o hemos oído hablar de Hakuna, de Effetá y otros tantos grupos, iniciativas parroquiales, pues que llegan a los jóvenes de una forma espectacular, cuéntanos un poco sobre estos nuevos canales de espiritualidad, que están llegando a los jóvenes, cuanto está cambiando, o qué se ha visto que funciona, qué podría mejorarse, o dicho de otro modo, qué debe hacer la Iglesia para acercarse, de una manera eficaz a los jóvenes de hoy, pues, visto lo que está pasando con los jóvenes, últimamente.
R.L.: Si, todos los que estamos, pues, cerca de estos fines de semana, estos retiros de tanto impacto, de este primer anuncio la verdad que somos muy afortunados de ver cómo el Espíritu Santo actúa, en nuestros jóvenes. Y claro, el Espíritu también plantea un reto. Ahora que ya los he despertado, ¿Qué? haced algo con estos jóvenes, que tienen tantas ganas, ¿no? Entonces, eso tenemos el reto como diócesis de ofrecer procesos, de ofrecer espacios de espiritualidad, de interioridad, de profundizar en esta fe, de que sea una fe, realmente, enraizada en Jesús, que tenga fundamento y sustento, y que sea una cosa, pues, que perdure, en el tiempo. Entonces, la verdad que es todo un reto, el que tenemos por delante.
R.Á.: No sé, Raquel, si quieres lanzar algún mensaje especial para nuestros jóvenes.
R.L.: Pues, la verdad que, es que simplemente estén abiertos a la acción de del Espíritu Santo, que cuando te pones a pido de piedra de Dios, cuando haces oración, pues el Señor es que te habla. Entonces, Él quiere de nosotros que le escuchemos, que le demos la oportunidad de que nos hable claro y fuerte, y entonces será cuando encontremos la felicidad y nuestra vocación.
R.Á.: Hablando contigo, el otro día, Raquel, me decías una cosa muy bonita que en la que hablabas de la esperanza, ¿verdad? Y del significado real, de la esperanza, y en concreto, pues, con el tema de los jóvenes y de su acercamiento a Dios. No sé si nos quieres contar esa idea que tienes sobre la esperanza ¿qué es realmente tener esperanza a nuestros jóvenes?
R.L.: Este año la verdad que ha sido una suerte ¿no? el poder reflexionar tanto sobre la esperanza gracias al Jubileo y que la Pastoral Juvenil trata de eso, trata de esperanza, de no tirar la toalla, porque, realmente, la esperanza es confiar en que la última palabra es de Jesús. Nosotros podemos hacer todo lo que podamos, pero tenemos que estar tranquilos y confiados que el Señor actúa. Entonces, no hay que perder esa esperanza que a veces es un poco difícil al trabajar con jóvenes.
R.Á.: Pues, muchísimas gracias Raquel por tu testimonio, por tu sí generoso que el Señor te acompañe, cuenta con nuestras oraciones y nuestra Iglesia de Zaragoza también cuenta con las tuyas Raquel, las necesitamos.
R.L.: Sí, eso es, los voy a tener muy presentes.
R.Á.: Pues muchísimas gracias Raquel, un abrazo enorme y hasta siempre.
R.L.: Un abrazo.