JMJ23 XI: La raíz de la alegría

Hoy nos espera un fantástico día. Brilla el Sol y nos colma también de una luz figura de la Luz. De la Luz que vamos a vivir.

Tres sacerdotes aragoneses concelebrando la Eucaristía

Comenzamos la Santa Misa a las 9.00 h. Nos preside Mons. Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, una vez más. Aunque también nos acompañan nuestros obispos, padres y pastores de todos: Mons. José Antonio Satué y Mons. Carlos M. Escribano.

Finalizada la Misa, nos toca trasladarnos con alegría y con la ayuda de un autobús hasta el Parque Tejo (Lisboa), donde se celebra la Vigilia esta noche.

De camino, surgen conversaciones que nos hacen reflexionar entre amigos e incluso plantearnos un bien mayor para nuestra vida. Una vida insertada en esta familia que es la Iglesia de Cristo. Lo cual, hoy, es más palpable que nunca.

Nos instalamos en el sector B8, pudiendo ver la Vigilia a través de las pantallas

Llegada la noche, comienza la Vigilia. Y el Papa Francisco nos dirige las siguientes palabras:

¿Por qué María se levanta y va a ver a su prima? Ella también está embarazada. María va porque ama. Y el que ama vuela, corre y se alegra. En vez de pensar en ella piensa en la otra. ¿Por qué? Porque la alegría es misionera. La alegría no es para uno. Es para llevar a alguien.

Yo les pregunto a ustedes. Ustedes que están aquí y han venido… ¿Van a quedarse su alegría o la van a llevar a los otros? ¡¡No los oígo!! [Responde todo el pueblo]. Piensa en una persona que se convirtió en la raíz de tu alegría. Y pregunto: ¿cómo podemos convertirnos nosotros en raíces de alegría? La alegría no está guardada en la biblioteca (¡Aunque hay que estudiar!). La alegría sale.

Piensa lo que sucede cuando uno está cansado: no tiene ganas de hacer nada. Deja de caminar. Uno se abandona. Cuando uno cae, ¿se acaba todo allí? ¡No oigo! [El pueblo grita que no]. ¿Qué hay que hacer? LEVANTARSE.

Los alpinos dicen que, en el ascenso, no importa caerse. Importa permanecer caído. Y cuando uno tiene que levantar y ayudar a levantar a una persona, ¿qué gesto hace? Lo mira de arriba. El único momento en que es lícito mirar a una persona desde arriba es para ayudar a levantarse.

¡Cuántas veces vemos gente que nos mira así, estricta! La única situación en que es lícito mirar a una persona de arriba para abajo es ayudar a levantarse. Díganlo ustedes. AYUDAR A LEVANTARSE.

Esto es un poco el camino. A veces no tenemos ganas de caminar. Nos copiamos en los exámenes porque no queremos estudiar… Y no queremos estudiar. No sé si a alguno le gusta el fútbol. A mí me gusta. Detrás de un éxito, ¿qué hay? Mucho entrenamiento. Y en la vida, uno no solo puede hacer lo que hace, sino lo que está llamado a hacer.

Todo esto es posible no porque hagamos cursos sobre el camino. No hay ningún curso que nos enseñe a caminar en la vida. En la vida se aprende. De los padres, de los abuelos, de los amigos… Yo les dejo con esta idea: caminar. Si uno se cae, levantarse. Caminar con una meta. Entrenarse todos los días en la vida. En la vida, nada es gratis. Todo se paga. Solo hay una cosa gratis: el amor de Jesús.

Con ganas de caminar, caminemos en esperanza. Sin miedo. No tengan miedo. Gracias.

La Vigilia termina con la Adoración al Santísimo, centro y verdadera raíz de la alegría