El templo parroquial de Jesús Maestro se había quedado obsoleto y casi invisible para un vecindario en expansión. El empuje de la comunidad de Franciscanos Menores ha conseguido en poco tiempo la construcción de unas nuevas instalaciones para el templo, la comunidad parroquial y el colegio ‘La Purísima y San Antonio’. El domingo 21 de noviembre, solemnidad de Cristo Rey, es la fecha de la consagración del nuevo altar.
La celebración será a las 11.00 horas, presidida por el arzobispo Carlos Escribano, acompañado del ministro provincial de los Franciscanos Menores, fray Joaquín Zurera, del párroco y guardián de la fraternidad de Zaragoza, fray Jordi Escrivá, y de todos los miembros de la comunidad. El nuevo templo tiene una capilla aneja para la celebración litúrgica diaria, está rodeado de un acogedor patio y cuenta con campanario. El retablo mayor representa a Jesús, acompañado de san Francisco y la Virgen María y ha sido realizado por fray Alfredo Colás.
«Que sea significativo»
Fray Jordi ha destacado que “el nuevo templo tenía que ser significativo para la vida de un barrio creciente”, y es lo que pidió al arquitecto Joaquín Sicilia. “Que tenga torre, cruces visibles y reloj es un signo que hace que el número de los fieles haya aumentado y que algunos vecinos reconozcan que se sienten más acompañados”, explica el párroco, al tiempo que recoge las palabras de un feligrés padre de familia: “Esto es un milagro”.
El nuevo complejo parroquial está situado en la avenida Puente del Pilar, 18, cerca del Puente de Hierro, y acoge a una comunidad muy unida. Entre la actividad pastoral, destacan cinco grupos de catequesis familiar, la Orden Franciscana Seglar, Pastoral de la Salud, Cáritas -en Unidad Pastoral, con la parroquia de San Pío X-. “Y nueve grupos sinodales, que seguramente van a ser más”, destaca Fray Jordi Escrivá.
Una rica historia
La presencia franciscana en el Arrabal zaragozano es antigua. Un convento erigido en 1447, en tiempos de san Bernardino de Siena, ocupaba el solar de los que es ahora la plaza de Jesús. “Este convento -explica fray Jordi Escrivá- permitía que los religiosos mendicantes que llegaban después del horario de cierre de la ciudad pudieran descansar bajo techo”. Este convento tenía por nombre el de ‘Santa María de Jesús’ y pervivió hasta la Desamortización.
Tras la Guerra Civil, en 1940, los Franciscanos Menores regresaron a Zaragoza. En 1954, se comienza a construir el edificio destinado a escuelas y salón de actos. Y el uno de junio de 1965, la iglesia conventual, se erige como parroquia con el nombre de Jesús Maestro. En la actualidad, el convento ha recobrado el nombre original de ‘Santa María de Jesús y Jesús Maestro’, volviendo a ocupar el centro de un barrio en expansión y que requiere de un servicio religioso adecuado.