A continuación reproducimos un resumen del manifiesto de Iglesia por el Trabajo Decente de cara al Día de la Mujer. Puedes leerlo completo aquí.
Desde la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente denunciamos la desigualdad, explotación y precariedad que afectan especialmente a las mujeres en el ámbito laboral. La economía sumergida perpetúa la vulnerabilidad de millones de trabajadoras, negándoles derechos fundamentales y condiciones dignas de vida.
El trabajo es clave para la dignidad humana, y la economía sumergida niega este derecho al privar a las mujeres de empleos justos y equitativos. Urge que esta problemática sea priorizada en las agendas políticas y sociales.
En España se calcula que la economía sumergida supone en torno al 16% del PIB, y aunque es difícil calcular la participación exacta de la mujer en ese porcentaje, todos los estudios coinciden en que es mayoritaria. Muchas empleadas del hogar, jornaleras, cuidadoras y limpiadoras trabajan sin contratos ni protección social, enfrentando jornadas extensas, salarios bajos y despidos arbitrarios. La situación es aún más grave para las mujeres migrantes, quienes, debido a barreras administrativas, racismo y xenofobia, se ven obligadas a aceptar empleos informales, y muchas enfrentan riesgos de trata y explotación sexual.
Desde Iglesia por el Trabajo Decente proponemos acciones concretas para combatir la economía sumergida y mejorar la vida de las trabajadoras: regularización laboral, inspección y cumplimiento de leyes, regularización de migrantes, educación y capacitación, acompañamiento pastoral y social, y conciliación y corresponsabilidad.
El 8 de marzo es una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la justicia social. Como seguidores y seguidoras de Jesús, debemos enfrentar estructuras de exclusión y pobreza como la economía sumergida, con valentía y esperanza. Es posible transformar un mundo donde las mujeres vivan con dignidad y el trabajo sea una fuente de vida plena. Sigamos luchando por un trabajo decente para todas y todos, y por una sociedad en la que nadie sea invisible.