Por D. Eusebio Hernández Sola, obispo de Tarazona
Al inicio del mes de septiembre, volvemos, tras el paréntesis de los meses de julio y agosto, a nuestro encuentro semanal en nuestra revista “Iglesia en Tarazona”.
En el mes de septiembre tenemos muchas celebraciones populares en honor de la Cruz, de Ntra. Sra. y de los Santos; debido a la pandemia todavía tenemos que celebrarlas con medidas sanitarias que eviten los contagios. A su vez, es un mes en el que vamos preparando el curso pastoral que en octubre comenzaremos a pleno rendimiento.
Este año, sin embargo, en este fin de semana hemos tenido dos encuentros importantes. El pasado viernes en Tarazona y el sábado en Calatayud.
Los Secretariados Diocesanos de Familia y Vida y de Pastoral de la Salud de nuestra diócesis de Tarazona han organizado una conferencia-coloquio con el título «Humanizar el final de la vida» (Eutanasia y Testamento Vital). Las charlas corrieron a cargo del Dr. José Carlos Bermejo Higuera, religioso camilo y director del Centro de Humanización de la Salud de Tres Cantos (Madrid).
Hemos querido de esta manera promover en la diócesis la difusión del Testamento Vital de la Conferencia Episcopal Española. Y nos hemos puesto manos a la obra con esta primera presentación realizada este fin de semana.
Ha sido un regalo poder escuchar a este religioso camilo, experto en el tema de la humanización del morir, que ha dado conferencias en España, Europa, América Latina, África e India y ha escrito 40 libros, sobre temas de bioética y pastoral de la salud.
Iniciamos con estas conferencias la Campaña “Cuidar y acompañar en el final de la vida” que tendrá dos grandes objetivos: 1. Difundir el Testamento Vital. 2. Cuidar y acompañar a las personas para morir en paz. Os informaremos en su momento de las acciones que vayamos organizando a lo largo del curso.
A lo largo de la existencia de toda persona, hay momentos de especial vulnerabilidad, como la enfermedad y el final de la vida. Son momentos en los que es necesario garantizar la libertad y la protección de la vida. Por eso, frente a la ley de la eutanasia, la Iglesia recomienda realizar el testamento vital, que, reconociendo el valor en sí mismo de la vida, pide aceptar o rechazar determinados tratamientos médicos ante una eventual situación de incapacidad o enfermedad que impida tomar esa decisión posteriormente. Este testamento (o voluntad anticipada), unido a los cuidados paliativos, permite al enfermo vivir esos momentos finales con la paz de saber que ni va a ser víctima de un encarnizamiento terapéutico, ni se aplicará la ley de la eutanasia.
Os invito a interesarnos todos por esta iniciativa que a lo largo de estos próximos meses iremos conociendo más y mejor.
Os deseo un feliz curso escolar.