Éxito de la recreación de la llegada de los monjes a Veruela

La conmemoración del 850 aniversario de la llegada de los monjes cistercienses al Monasterio de Veruela, ayer domingo 14 de noviembre, continuó por la tarde con la visita teatralizada que representaba la venida de la orden al cenobio y que congregó a sesenta personas a pesar del viento y del frío de la jornada.

La visita comenzó con la llegada de Dña. Teresa Cajal, madre de Pedro Atarés, quien donó los terrenos para la construcción del monasterio en 1146, 25 años antes de la llegada de la orden del Císter. A partir de ahí, comenzó una detallada explicación por parte de la guía Noelia del Río, de Girola Servicios Turísticos, de cómo surge una comunidad cisterciense, de las características que tenía que tener el lugar para instalarse y de cómo era la vida de los monjes.

La representación realizada por la Coral Turiasonense y por la actriz, Lucía Aguerri, mostró cómo recibían los monjes a los peregrinos que los visitaban, el lavatorio de los pies que realizaban, todo ello recogido en la regla de San Benito, que contiene todos los detalles de cómo debía desarrollarse la vida en el Monasterio. También se relató parte de la historia del vecino monasterio de Tulebras, cisterciense también, pero femenino y que sigue activo hoy en día, con una pequeña disputa entre el abad de Veruela y la abadesa del cenobio navarro en la impresionante Sala Capitular.

Para finalizar, se escenificó la consagración del altar de la iglesia, rito imprescindible para poder celebrar y, gracias a las explicaciones, se conocieron aspectos muy curiosos del Monasterio. Durante la representación, los monjes interpretaron canto gregoriano en los momentos más señalados.