Entrada la Pascua, uno de los temas que no pueden faltar en estas páginas es la apuesta por la vida en todas sus etapas, especialmente las más críticas, como la que viven los «moribundos». María González, médico especialista en Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios de Zaragoza, relata en esta entrevista su vocación a este cuidado y el mensaje que lanza a la sociedad.
¿Desde cuándo te dedicas al campo de los cuidados paliativos? ¿Por qué elegiste esta especialidad?
Actualmente llevo diez años trabajando en el mundo de los cuidados paliativos. Durante nueve años estuve trabajando en un equipo de atención domiciliaria y desde hace un año en la Unidad Hospitalaria del HSJD de Zaragoza. La verdad es que los cuidados paliativos «me eligieron» a mí. Fue una oportunidad que se me presentó. Yo soy médico especialista en medicina familiar y comunitaria. Cuando acabé la residencia, estuve trabajando en la zona rural de la comarca de Daroca. Vi una oferta laboral en el Hospital San Juan de Dios y me presenté. Desde entonces no me quiero dedicar a otra cosa que no sea acompañar y cuidar al paciente que no se puede curar.
¿Cómo es tu día a día, en qué consiste tu trabajo de atención a los enfermos?
Mi trabajo consiste en acompañar al enfermo y a su familia a sobrellevar su enfermedad avanzada e incurable de la mejor manera posible. Intentamos controlar cualquier síntoma que la enfermedad le pueda producir, aliviando su incomodidad y sufrimiento. Para ello es muy importante realizar un abordaje multidisciplinar junto con el resto de compañeros que asistimos a estos pacientes: enfermería, auxiliares, celadores, psicólogos, trabajadores sociales, equipo de atención espiritual y desde hace poco contamos en la unidad con un fisioterapeuta.
¿Disfrutas de tu trabajo?
Absolutamente. Lo considero vocacional totalmente. A los médicos nos forman para curar. Una vez leí que los médicos estudiamos medicina porque en el fondo tememos nuestra propia muerte. Acompañar todo este tiempo a los moribundos y a su familias es la mejor manera de afrontar la vida y por supuesto prepararte para lo que todos vamos a experimentar algún día que es nuestra propia muerte.
Lo que más me gusta es que es una especialidad en la que se trabaja con el paciente de una forma global, no sólo se aborda lo físico, también lo social, lo psicológico, espiritual. Los pacientes y sus familias me muestran la capacidad de resiliencia, la fortaleza del ser humano. Se aprende a vivir de forma más plena.
¿Todo enfermo que lo necesite tiene la posibilidad real de recibir este servicio?
Rotundamente no. Cerca de 80.000 enfermos se mueren sin poder acceder a cuidados paliativos. Se han realizado varios estudios que demuestran la escasez y falta de acceso a este recurso en España. Además, España es uno de los pocos países de Europa donde no se considera especialidad. La formación avanzada de los profesionales que se dedican a los cuidados paliativos también debería ser una prioridad. En las facultades de medicina no se estudia. Hay un problema de formación y sobre todo, faltan recursos.
¿A ti te ha pedido algún enfermo morir?
Pues en los diez años que llevo trabajando creo recordar que sólo en dos ocasiones. Lo que no quieren los enfermos es sufrir. Creo que se podría extrapolar el porcentaje de pacientes que en mi experiencia han solicitado eutanasia a la población general y seguiría siendo pequeño.
Ahora que se ha aprobado la ley de la Eutanasia, ¿qué mensaje te gustaría lanzarle a la sociedad?
Creo que en primer lugar la sociedad no mira a la muerte, vivimos de espaldas a ella. Los enfermos que atiendo, tienen miedo a sufrir y sobre todo a depender de los demás. No tenemos una estrategia bien estructurada en lo que a la ley de dependencia se refiere. Las ayudas no llegan o llegan tarde y mal. No podemos cuidar a los que sufren sin ayudas a los cuidadores y sin recursos en cuidados paliativos.
Los cuidados paliativos creo que pueden aliviar casi todo el sufrimiento derivado de una enfermedad terminal, ayudar a cerrar el ciclo de vida, sentirse acompañado y cuidado de los que más quieres y despedirse. Creo que lo que ha de primar es atender estos enfermos que es lo que hacemos los cuidados paliativos. Además esta ley se ha hecho sin tener en cuenta la opinión de expertos en materia de bioética y cuidados paliativos. Es una ley política con muchos puntos que requerían un debate social extenso y que han querido omitir nuestros políticos.