La S. I Catedral de Tarazona acogió ayer, domingo 26 de julio, la misa funeral por todos los fallecidos por la pandemia. La eucaristía estuvo presidida por el obispo de la diócesis, Mons. Eusebio Hernández Sola, quien estuvo acompañado por varios sacerdotes. A la celebración asistió el alcalde de Tarazona, Luis José Arrechea, y varios miembros de la corporación municipal, así como el doctor Jesús Turrión, en representación de los sanitarios.
La eucaristía fue ofrecida por el eterno descanso de todos los difuntos y por el consuelo y esperanza de sus familiares y en ella también se dieron las gracias por el trabajo y el sacrificio realizado por tantas personas durante el tiempo de pandemia. Asimismo, se rezó de manera muy especial por los ancianos, que ayer celebraron su festividad, San Joaquín y Santa Ana, y por las residencias.
En su homilía, D. Eusebio se refirió a la cantidad de muertes inesperadas que ha habido y el sufrimiento que eso ha supuesto para tantas familias, pero señaló que, a pesar de ello, «es tiempo de mirar al futuro».
«A lo largo de este largo confinamiento hemos tenido tiempo para reflexionar sobre lo que nos ha sucedido, cómo lo hemos vivido, cómo lo han vivido los demás» añadió para continuar señalando que a partir de ahora «es urgente caminar unidos», en un mundo donde «las relaciones entre las personas sean el centro», porque «el virus nos ha dicho que solos no podemos nada».
El prelado también destacó que aunque se nos abre un tiempo «incierto» por todo lo que hemos vivido, la vida es «bella», como el título de la película. «Es bello acoger en el corazón tantos gestos de humanidad y de solidaridad como hemos visto en estos días. Es bello haber salido a la ventana, en comunión con mucha gente, a aplaudir, a gritar desde el fondo del alma que había muchas personas que arriesgaba la vida por dar esperanza, por dar inicio una nueva humanidad, a una nueva fraternidad, a un servicio hasta la extenuación. Sí, la caridad salvará al mundo», destacó D. Eusebio.
También hizo referencia a la encíclica del Papa «Laudato Si» que cumple su quinto aniversario y en la que nos invita a cuidar la casa de todos, nuestro planeta. El obispo aseveró que a partir de ahora es necesario un «cambio de vida» muy profundo y todos tenemos que colaborar y ayudar.
D. Eusebio tuvo palabras de agradecimiento para todos aquellos que con su trabajo y esfuerzo nos han facilitado la vida a los demás durante este tiempo y encomendó a la Virgen de la Huerta a todos los enfermos hospitalizados así como a los familiares de los que han fallecido.
JORNADA POR LOS AFECTADOS POR LA PANDEMIA Y SUS FAMILIARES
Por otro lado, todas las parroquias e iglesias de la diócesis celebraron ayer, 26 de julio, la Jornada por los afectados y fallecidos por la pandemia y sus familiares, a propuesta de la Conferencia Episcopal Española.
Por esta razón, todas las eucaristías celebradas ayer se ofrecieron por el eterno descanso de todos los difuntos y el consuelo y esperanza de sus familiares.