El obispo de Barbastro-Monzón preside la fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles en Torreciudad

Ascen Lardiés
17 de agosto de 2025

El obispo de Barbastro-Monzón, Mons. Ángel Javier Pérez Pueyo, ha presidido la eucaristía en la fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles en Torreciudad. Don Ángel ha saludado a los fieles provenientes de diversas localidades del Alto Aragón, como Secastilla, El Grado, Naval y Barbastro, entre otros pueblos de la Ribagorza, el Sobrarbe y el Somontano. También extendió su saludo al párroco, don José Mairal, a los sacerdotes de la Prelatura que atienden el templo y a los miembros del Opus Dei presentes.

En su homilía, Mons. Pérez Pueyo ha destacado la devoción a la Virgen de Torreciudad, que ha acompañado la fe de la gente humilde de la región durante más de mil años. «Desde su pequeña ermita junto al río, generación tras generación ha acudido a Ella para pedir su intercesión, para confiarle sus penas y alegrías, para sentirla cerca, poderla tocar, mirarla a los ojos, como quien busca en el rostro de una madre el consuelo que solo ella sabe ofrecer», ha afirmado.

En este sentido, ha recordado que, tradicionalmente, este día se celebraba con una romería, una comida campestre y el rezo del rosario. El obispo comparó la pequeña ermita de la Virgen con la gruta de Belén, señalando que la historia de la salvación comenzó en un lugar humilde.

El obispo ha aludido a la valentía de los habitantes de Barbastro que, en tiempos de guerra, protegieron la imagen de la Virgen. Asimismo, compartió el testimonio de un vecino de la Ribagorza sobre cómo un tío abuelo, sacerdote mártir, escondió la imagen para preservarla de cualquier daño. Estos «actos heroicos», ha subrayado, «no nacen de la improvisación, sino de siglos de amor transmitido y custodiado con fidelidad».

Finalmente, don Ángel ha hecho referencia al 50 aniversario del fallecimiento de San Josemaría y de la inauguración del templo que él mismo mandó construir. Ha expresado su gratitud por todo lo que se ha edificado, no solo en ladrillos, sino también en oración, acogida, reconciliación y conversión.

«Torreciudad, con su ermita-santuario, casa milenaria de nuestra Madre, y su templo, signo imponente de la devoción de San Josemaría, deben ser foco de luz que ilumine en la comunión eclesial, la colaboración, la coordinación, la sinodalidad, la corresponsabilidad… que nacen del Evangelio: poniendo todos nuestros dones, carismas y esfuerzos al servicio de un mismo fin, «que nadie se pierda», que Cristo sea conocido y amado por todos los que peregrinéis hasta aquí», ha resumido. El obispo ha concluido pidiendo la ayuda de la Virgen de Torreciudad en esta misión y esperando que el aniversario sea un punto de encuentro, unidad y esperanza renovada.

Felicitación por el estreno de la misa-concierto en honor a Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad

Además, don Ángel acudió, el sábado 16, al estreno de la misa concierto compuesta por José María Berdejo en honor a Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad. La obra, incluida en la XXX edición de su Ciclo Internacional de Órgano, fue interpretada por el Orfeón Torreciudad y la Orquesta de las Catedrales de Zaragoza en la víspera de la fiesta mariana. El obispo felicitó a José María Berdejo por esta magnífica composición evocando al Papa Benedicto XVI, quien señalaba que el arte, cuando nace de la fe y la expresa, se convierte en una auténtica via pulchritudinis, una puerta abierta hacia el infinito, capaz de “tocar el corazón, comunicar un mensaje y elevar el alma”

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3 respuestas

  1. muy bonitas reflexiones aplicables a todos los santuarios que el pueblo tiene en el corazón y que no son privativos de nadie que rece con fe desde ellos a Dios, a la Madre y a los santos.
    Su administracion y cuidado tampoco los hace propiedad de nadie, siguen siendo de todo el pueblo cristiano.

    1. Buena prueba de ello es el sacrificio con el que supieron corresponder desde todo Aragón, España en pleno, y en buena parte de los 5 continentes. ¡¡¡Viva nuestra queridísima Madre, nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad!!!!!
      Fuera trifulcas episcopal, no tienen cabida en una Santa Madre Iglesia. La unidad no se debe destruir. ¡Cuántos y cuántos Obispos, Cardenales, sacerdotes, y fieles han pasado por ahí con el único fin de mostrar el cariño y agradecimiento a nuestra Madre!!! ¡¡¡Bendita sea por siempre!!!!!

  2. Vaya por delante mi felicitación al Obispo, hombre entero y fuerte, en su sencillez refleja la alegría del Dios hecho hombre, palabra, vida

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