La S.I Catedral de Tarazona acogió el martes, 21 de mayo, una sesión de fe y reflexión con motivo de la Pascua del Enfermo. Por una parte, el sacerdote D. Raúl Romero comentó el Salmo 88 y, por otra, el delegado pastoral de la Salud, D. Rudesindo Delgado, reflexionó sobre el sacramento de la Unción de Enfermos, un sacramento que «el creyente debe de vivir como una experiencia de gracia» porque es «una preparación para el Encuentro final con Dios».
El sacramento, definido en el título de la charla como de la ternura, del consuelo y de la fortaleza, es uno de los «más temidos» por estar cercano al momento de la muerte y considerado como «un sacramento menor» señaló el sacerdote. Sin embargo hay que trabajar por recuperarlo y no sólo utilizarlo en los momentos próximos al fallecimiento sino también para consolar a los enfermos en el proceso de su enfermedad. D. Rudesindo añadió que la unción es la «celebración del encuentro del enfermo con Jesús, porque lo sana desde dentro» e hizo hincapié en que «no es un rito mágico».
Otro punto interesante de la charla fue la definición de la Unción como un comienzo en la vida porque no es un gesto aislado de la comunidad, también como una celebración de la vida del enfermo, de su familia, de los sanitarios… y como una continuación de esa vida porque confía en la sanación de la comunidad.
Por otro lado, el delegado diocesano de Pastoral de la Salud abogó por la preparación con esmero del sacramento y eso implica la instrucción adecuada del enfermo y de los fieles.
Previamente a esta charla, D. Raúl Romero ayudó a reflexionar a los presentes sobre el Salmo 88, una oración de alabanza «desinteresada, en el que lo importante no soy yo, sino Dios».