Del 28 de julio al 3 de agosto, cerca de 800 jóvenes aragoneses vivirán en Roma uno de los grandes acontecimientos del Año Santo 2025: el Jubileo de los Jóvenes, una cita internacional que reunirá a cientos de miles de adolescentes y jóvenes de todo el mundo bajo el lema «Peregrinos de esperanza». El objetivo: renovar la fe, compartir la alegría del Evangelio y fortalecer el sentido de pertenencia eclesial.
Desde las diócesis aragonesas se ultima la preparación de esta gran peregrinación con ilusión, compromiso y un profundo sentido evangelizador. El encuentro, convocado por el Papa León XIV, contará con un completo programa de actos, que incluye la misa de bienvenida en la Plaza de San Pedro, recorridos culturales y espirituales por la ciudad, una jornada penitencial en el Circo Massimo, una vigilia con el Santo Padre en Tor Vergata y la eucaristía final.
Zaragoza, la delegación más numerosa
La Archidiócesis de Zaragoza participará con 495 jóvenes, encabezados por su responsable de pastoral juvenil, Raquel Lucea, quien destaca que «muchos están muy implicados en sus parroquias. Roma no debe ser una meta, sino un punto de partida para caminar como discípulos misioneros».
Durante este año, Zaragoza ha celebrado tres encuentros preparatorios «para conocernos entre nosotros, para profundizar en la esperanza y para que no sea simplemente un viaje a Roma, sino una auténtica peregrinación». La experiencia, señala Lucea, no se limitará al programa oficial, sino que incluye también una convivencia previa en Turín. «Queremos aprovechar hasta el último minuto del jubileo», asegura.
Además de las actividades catequéticas y litúrgicas, habrá tiempo para visitar monumentos, compartir testimonios y convivir con otros jóvenes de todo el mundo. «Es una gran ocasión para compartir cómo vivimos cada uno de nosotros la fe, cómo estamos en la universidad, en el trabajo, y descubrir que, aunque nos separen kilómetros, realmente tenemos algo muy importante en común», afirma la delegada zaragozana.
La cita, además, servirá para renovar el impulso comunitario de vuelta a casa: «Tenemos la esperanza, nunca mejor dicho, de que la gente vuelva con las pilas más que cargadas para que durante el curso que viene tengamos una comunidad activa, joven, renovada».

Teruel: una Iglesia joven en camino
La diócesis de Teruel y Albarracín estará representada por 50 jóvenes, procedentes tanto de la capital como del medio rural. Para María Ortín, delegada diocesana de pastoral juvenil, se trata de una oportunidad clave: «Muchos de nuestros jóvenes viven su fe en solitario. Este tipo de encuentros les permite conocer a gente de su edad, que vive la fe, que tiene una forma similar de divertirse y de afrontar la vida».
Ortín subraya también el valor pastoral de este tipo de experiencias para generar procesos a largo plazo: «Queremos que el joven, cuando termine la confirmación, sepa y nos conozca, que estamos aquí para continuar su formación de fe o simplemente para acompañarle. Este tipo de viajes nos sirve para que el chico que está en un pueblo perdido sepa que una vez al mes puede venir a Teruel y vivir su fe en comunidad».
El grupo, que saldrá en autobús este martes, pernoctará en pabellones y vivirá una vigilia multitudinaria en la explanada de Tor Vergata. «Sobre todo hay que llevar muchísimas ganas y estar abiertos a la experiencia. Que no vayan pensando en lo que se van a encontrar, porque seguro que vivirán algo diferente a lo que esperan», añade Ortín.
Aunque reconoce que podrían haber completado otro autobús, valora positivamente el número final de participantes: «Para la población que tiene Teruel, un autobús ya es mucho. Y además, así podemos acompañarlos mejor. Cada chaval va a tener un proceso interior, momentos de reflexión y de duda. Y en un grupo más reducido, podemos estar más pendientes de cada uno».
Una Iglesia viva y peregrina
Las diócesis de Huesca, Barbastro-Monzón, Tarazona y Jaca también estarán presentes. Desde Huesca, con 124 participantes, Isabel Ramos celebra el crecimiento de los grupos juveniles en los últimos años: «Los jóvenes buscan comunidad». En Barbastro-Monzón, Carlos Loncán confía en que el Jubileo motive a algunos a implicarse más activamente en la vida pastoral. Y desde Tarazona, César Augusto Gómez valora la participación como fruto del acompañamiento continuo a los jóvenes que se trasladan a estudiar fuera.
El Jubileo de los Jóvenes nace como respuesta de la Iglesia a un contexto marcado por la incertidumbre, el desencanto y la fragmentación. «Peregrinos de esperanza» no es solo un lema, sino una llamada a caminar juntos, a descubrir la belleza de la fe vivida en comunidad y a confiar en el futuro con los ojos puestos en Cristo.
Como señala María Ortín al concluir la entrevista: «Esperanza, mucha esperanza para los jóvenes de Teruel. Se puede ser cristiano en un ambiente rural, en un ambiente solitario. Y estamos aquí para lo que necesiten».
