La Casa Familiar Nuestra Señora de los Ángeles de Zaragoza acogió el jueves 15 de mayo un emotivo encuentro con motivo del 50.º aniversario de la aprobación canónica de la Congregación de Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca.
Más de 200 personas procedentes de las Casas Familiares y Centros de Fundación de Aragón y Cataluña se dieron cita en una jornada festiva cargada de emoción, gratitud y compromiso renovado con los más vulnerables.
Desde primeras horas de la mañana, el ambiente en Zaragoza era de reencuentro y fraternidad. La Casa Familiar abría sus puertas de par en par para recibir a toda la familia Cruz Blanca. Sonrisas, abrazos y saludos cálidos anticipaban un día de celebración en el que se haría memoria agradecida de cinco décadas de servicio, entrega y acompañamiento.
Uno de los momentos centrales fue la Eucaristía de acción de gracias celebrada en la iglesia de San Francisco Javier, de los Padres Franciscanos. La ceremonia, animada por el coro Carmina Medicas del Colegio de Médicos de Zaragoza, congregó a numerosos participantes que quisieron unirse a esta acción de gracias por el camino recorrido.
La misa fue presidida por el vicario general del Arzobispado de Zaragoza, D. Rubén Ruiz, acompañado por cuatro sacerdotes. En nombre del arzobispo, transmitió un mensaje de felicitación y cercanía a la familia Cruz Blanca. Durante su homilía, alentó a los presentes a continuar entregando su vida al servicio de los demás: «No tengáis miedo a entregaros, a gastar la vida a favor de las personas más vulnerables. Aunque a veces desgaste, estáis sumando a todo el bien que hace la Iglesia. Seguid el ejemplo de vuestro fundador».
El Hermano Luis Miguel Martell, superior general de Cruz Blanca, cerró la celebración con unas sentidas palabras de agradecimiento, recordando la historia de presencia de los Hermanos en las distintas localidades de Aragón y Cataluña. También valoró la presencia institucional del Gobierno de Aragón, representado por la directora general de Inclusión y Voluntariado y el director del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS).
El hermano Martell centró su intervención en el verdadero corazón de la misión de Cruz Blanca: las personas atendidas. «Cada persona es única y es así como queremos acogerla, acompañarla y ofrecerle recursos para transformar su realidad. Cada persona que acogemos nos abre las puertas de su vida y su corazón, y es desde ese lugar donde descubrimos la belleza del rostro de Cristo», afirmó.
A mediodía, el Grupo de Folklore Xinglar ofreció una animada actuación en el jardín de la Casa Familiar, donde las personas atendidas fueron protagonistas de una fiesta vivida con alegría y participación.
Uno de los momentos más entrañables de la jornada fue la mesa redonda, en la que se dio voz a los diferentes rostros que forman la gran familia de Cruz Blanca. Un hermano habló de entrega, una voluntaria de apoyo, personas atendidas compartieron testimonios de vida, profesionales reflexionaron sobre el compromiso, y una familiar de una persona acogida habló de familia. Cinco palabras clave que fueron pintadas a mano en una gran lona y que simbolizaron la esencia de Cruz Blanca: una comunidad que cuida, acompaña y transforma.
La jornada concluyó con una comida fraterna al aire libre y música para todas las personas asistentes. Al atardecer, las delegaciones emprendieron el regreso a sus lugares de origen: Mollerussa, Castell del Remei, Mataró, Sant Andreu de Llavaneres, Lleida, Vic, Fraga, Teruel, Burbáguena, Gea de Albarracín…
La próxima gran celebración del 50.º aniversario tendrá lugar en la zona centro, el 17 de junio, en la ciudad de Segovia.
Para más información sobre este año jubilar de Cruz Blanca y las distintas celebraciones previstas, puede consultarse la web habilitada por la congregación: www.cruzblanca.org/50aniversario
