Ayer lunes santo, de manera excepcional, se celebró la Misa Crismal en nuestra Catedral de Teruel, que estuvo presidida por don Antonio Gómez, actual Obispo Coadjutor de Almería, y concelebró con él don Alfonso, nuestro Administrador Diocesano.
Acompañado por el presbiterio diocesano, don Antonio consagró el Santo Crisma y bendijo los demás óleos. Con el Santo Crisma consagrado por el obispo se ungen los recién bautizados, los confirmados son sellados, y se ungen las manos de los presbíteros, la cabeza de los obispos y la iglesia y los altares en su dedicación. Con el óleo de los catecúmenos, estos se preparan y disponen al Bautismo. Con el óleo de los enfermos, éstos reciben el alivio en su debilidad.
Don Antonio en su homilía destacó que a las personas que son ungidas se les nota:
Cuando alguien dice algo con “unción” las personas que le rodeamos sabemos que está expresando la verdad más íntima. Cuando un sacerdote celebra con unción, predica con unción y vive con unción… la gente sencilla lo reconoce como ungido. Y el buen olor de la unción no necesita de ningún tipo de aditamentos porque sobra todo.
Una celebración especial en la que don Antonio no pudo evitar emocionarse ante quienes fueran sus hermanos sacerdotes y fieles.
Tras la celebración, los sacerdotes se dirigieron a visitar el remozado Museo de Arte Sacro, uno de los últimos legados de don Antonio, el mismo obispo y don Pedro Luis Hernando, director del Museo, realizaron una visita guiada por el Museo que, cuando las circunstancias sean favorables, será abierto al público.