A los pies de la Catedral de Barbastro, como cada Miércoles de Ceniza, el obispo de Barbastro-Monzón recibió a las secciones de instrumentos de las cofradías locales que recorrieron las calles de la ciudad anticipando la cercanía de la Semana Santa. «Ha comenzado la Cuaresma», dijo don Ángel al dar la bienvenida a los presidentes, hermanos mayores y priores, a los cofrades, autoridades y fieles, que escucharon las cornetas, bombos y tambores de la Cofradía de la Merced al inicio y al final de la eucaristía.

Los sacerdotes de la Unidad Pastoral de Barbastro concelebraron la eucaristía con el obispo que, en su homilía, invitó a los presentes a jugar… al tres en raya. Tres jóvenes voluntarios -Marcos, Iván e Inés- le ayudaron a mostrar un tablero, una cruz y un corazón para escenificar cómo «ante las cruces de la vida: corazón, corazón, corazón. Sólo seremos capaces de hacer la vida más humana si ponemos corazón». Pero, ¿cómo hacer la vida más humana? Las respuestas concretas las dieron sus asistentes: a un compañero que dice «estoy solo» se le responde «ven conmigo»; al que aparenta lo que no es, se le aconseja que sea «auténtico». «Hablar de Cristo hoy es hablar de cofrade. Cómo me ha emocionado tanta gente joven y tantos niños y adolescentes que no tienen vergüenza de vestir la túnica, de abrazar su paso y agarrar la medalla con sus manos. Qué fácil lo hace Dios y cómo lo complicamos los humanos», concluyó, invitando a los asistentes a volver a corear «corazón, corazón, corazón».

La celebración prosiguió con la bendición de la ceniza y la posterior imposición a cuantos se acercaron a los pies del altar para recibirla. Al finalizar, las secciones de instrumentos regresaron a las sedes canónicas de sus respectivas cofradías.

20240214 MIÉRCOLES DE CENIZA BARBASTRO (173)