“La crisis del Covid parece única porque afecta a la mayoría de la humanidad. pero es especial solo por su visibilidad. Existen miles de otras crisis igual de terribles, pero son tan lejanas a algunos de nosotros que podemos actuar como si no existieran. Pensemos, por ejemplo, en las guerras… la producción y el tráfico de armas… los cientos de miles de refugiados… la pobreza, el hambre y las faltas de oportunidad; el cambio climático” (Francisco, SOÑEMOS JUNTOS. Madrid 2020, pág. 5)

Citius, altius, fortius (Más rápido, más alto, más fuerte). Al histórico lema de los Juegos Olímpicos, creado por el dominico Henri Didon, pionero del movimiento deportivo internacional y amigo personal de Pierre de Coubertin, fundador del olimpismo moderno, se añadirá un cuarto término en la próxima cita de Tokio, communiter, por sugerencia del Vaticano. “La idea inicial del presidente del comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, era añadir al lema la palabra together (juntos), para reforzar la idea de solidaridad… Nosotros sugerimos que era mejor un adverbio, communiter. Así que en Japón se estrenará el nuevo lema Citius, altius, fortius, communiter, lo que muestra los grandes deseos que tiene todo el movimiento olímpico”, explica el sacerdote español Melchor Sánchez de Toca, subsecretario del Pontificio Consejo de la Cultura e impulsor de Athletica Vaticana, la primera entidad deportiva nacida oficialmente en la Santa Sede”.[1]

Por pequeñas que sean (hasta una sola palabra), las buenas noticias quieren ser divulgadas. En esta ocasión, llegarán a las 3 o 4 personas que me leáis. Esta noticia, además de pequeña, poco difundida. Pero no deja de ser importante si el mundo del deporte decide aceptarla y vivirla con la misma intensidad que los tres adverbios anteriores y también en todos los ambientes en los que se encarna el deporte. Esta cuarta palabra, “communiter”, aporta un aspecto ético a los tres anteriores, que hacen referencia al necesario esfuerzo personal que lleva al deporte a dar lo mejor de uno mismo y vivir ese esfuerzo, como si ya fuera una victoria, sin tener que esperar al resultado. De modo que no hay que ser necesariamente el primero, para sentir que se ha ganado. Da un sentido de comunidad y de valores compartidos y destaca el espíritu olímpico de la fraternidad, subrayando que juntos se llega más rápido, más alto, más fuerte. Por otra parte, refuerza lo que ya dice la ‘Carta Olímpica’, “favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana”. Incluso, soñando un poco o un mucho, hasta puede ayudar a rebajar la centralidad del dinero en el deporte profesional.

El presidente del COI, Thomas Bach, ha afirmado que añadir communiter ha estado motivado por la pandemia COVID19 en el que “aprendimos por las malas durante esta crisis del coronavirus, que podemos estar a la altura de nuestro lema olímpico ‘más rápido, más alto, más fuerte’ en el deporte y en la vida, solo si trabajamos juntos en solidaridad.[2] En el deporte y en la vida. Communiter es para la vida, para todo, aunque lo tengamos que aprender ‘por las malas’. Sin duda es un buen lema para la vida.

Hasta San Pablo, como sabemos, emplea el ejemplo del deporte para describir y animar la responsabilidad personal y comunitaria en la vida cristiana: ¿No sabéis que en el estadio todos los corredores cubren la carrera, aunque uno solo se lleva el premio? Pues corred así: para ganar. Pero un atleta se impone toda clase de privaciones; ellos para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita. Por eso corro yo, pero no al azar; lucho, pero no contra el aire; sino que golpeo mi cuerpo y lo someto, no sea que, habiendo predicado a otros, quede yo descalificado” (1 Cor 9.24-27).

Este ‘espíritu’ del communiter queda muy bien flejado en este pensamiento: “El deporte es un lugar de encuentro donde personas de todo nivel y condición social se unen para lograr un objetivo común. En una cultura dominada por el individualismo y el descarte de las generaciones más jóvenes y de los más mayores, el deporte es un ámbito privilegiado en torno al cual las personas se encuentran sin distinción de raza, sexo, religión o ideología y donde podemos experimentar la alegría de competir por alcanzar una meta juntos, formando parte de un equipo en el que el éxito o la derrota se comparte y se supera; esto nos ayuda a desechar la idea de conquistar un objetivo centrándonos solo en uno mismo. La necesidad del otro abarca no solo a los compañeros de equipo sino también al entrenador, los aficionados, la familia, en definitiva, todas aquellas personas que con su entrega y dedicación hacen posible llegar a “dar lo mejor de uno mismo”. Todo esto hace del deporte un catalizador de experiencias de comunidad, de familia humana. Cuando un padre juega con su hijo, cuando los chicos juegan juntos en el parque o en la escuela, cuando el deportista celebra la victoria con los aficionados, en todos esos ambientes se puede ver el valor del deporte como lugar de unión y encuentro entre las personas. ¡Los grandes objetivos, en el deporte como en la vida, los logramos juntos, en equipo! … Es necesaria la participación de todos los deportistas, de cualquier edad y nivel, para que los que forman parte del mundo del deporte sean un ejemplo en virtudes como la generosidad, la humildad, el sacrificio, la constancia y la alegría”.[3]

Para ir avanzando en ese lema tan antiguo: “mens sana un corpore sano”, del poeta latino Juvenal. La cita completa es “Orandum est ut sit mens sana in corpore sano”. Y su traducción; “Se debe orar para que se nos conceda una mente sana en un cuerpo sano”. Con imaginación, se ha escrito: “Ecclesia sana in corpore sano”. Sana-santa por el Señor que no se ve. Sano-santo en su cuerpo que debe hacer visible al Señor.


[1] DARÍO MENOR TORRES. TOKIO 2021, Unos Juegos ‘Fratelli tutti’. VIDA NUEVA. N° 3232. 17-23 julio 2021. Pág. 8.

[2] CARLOS ROQUE SÁNCHEZ. ‘Citius, Altius, Fortius – Communiter’. En Rota al día. Periódico digital independiente de Rota. 31 Julio 2021.

[3] FRANCISCO. Mensaje al Cardenal Kevin Farrell con motivo del documento Dar lo mejor de uno mismo. Documento sobre la perspectiva cristiana del deporte y la persona humana. 1 junio 2018