La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Bielsa fue el escenario, el sábado pasado, de la XLIV edición de la Romería de las Vírgenes de la Ribagorza. El ayuntamiento belsetano y la Comarca de Sobrarbe colaboraron con la organización. Las tormentas, y su consecuencia en las carreteras pirenaicas, no impidieron la llegada de fieles en autobuses y coches particulares para reeditar la devoción mariana y los lazos de unión entre dos diócesis hermanas: Barbastro-Monzón y Lérida.
Nuestro obispo, don Ángel presidió la eucaristía, concelebrada por el prelado ilerdense, Salvador Giménez, y dieciséis sacerdotes. La santa misa reunió 34 advocaciones marianas, entre las que se incluyeron, además de las ribagorzanas, la colombiana de Chiquinquira o la de la Unidad, de la comunidad rumana de Lérida.
Los anfitriones mostraron a los peregrinos el baile del Chinchecle, ejemplo de religiosidad popular que cada año se danza en la pradera de Pineta, patrona del valle.
Con gran emoción, el arcipreste de Sobrarbe-Ribagorza, John Mario Moná, anunció que la localidad catalana de Vilaller organizará en 2025 este encuentro. A su párroco se hizo entrega de la bandera de la romería, plasmando así el relevo y compromiso.