Don José Manuel Camacho, capellán de la capilla de Adoración Perpetua de la Eucaristía de Zaragoza, nos cuenta los detalles de la reapertura de esta capilla, que coincide con la fiesta de Pentecostés.

Emoción ante la reapertura de la capilla de Adoración Perpetua. Así es, el domingo 31 de mayo a las 19 horas, día de Pentecostés, la persona de la Trinidad que lleva adelante la Iglesia. ¡Feliz Coincidencia! Se abre las 24 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año.

Los voluntarios son una parte fundamental de esta actividad de adoración. Un equipo de 400 adoradores se coordina perfectamente con el objetivo primordial de que el Señor esté siempre acompañado y nunca se quede solo.

¿De qué manera se van a cumplir con las medidas sanitarias? Se va abrir con las medidas al pie de la letra de lo que manda la orden SNC/399/2020 de 9 de Mayo de 2020.

Ha sido un proceso laborioso, pero que ha tenido una respuesta masiva por parte de los adoradores. Ello manifiesta en qué grado ven importante su función de Adorar al Señor en nombre de toda la Iglesia de Zaragoza.

Ciertamente aporta un gran valor esta capilla a la diócesis. Está Capilla tiene la particularidad de ser diocesana, acoge personas de todos los grupos eclesiales (lo cual es de una gran belleza), y tiene muy claro su sentido de rezar por toda la diócesis: por el Obispo, los sacerdotes y por cada uno de los fieles de Zaragoza.

Si el Seminario es el corazón de la Diócesis, la Capilla de San Pascual es el alma. La adoración es después de la Eucaristía el acto de culto más sublime que hemos de hacer con gran humildad.