Opinión

Antonio Aguilera

Hacia una Iglesia Sinodal

El Consejo pastoral: ese desconocido

25 de noviembre de 2025

Apostaría la mitad de mi reino por asegurar que buena parte de la feligresía no conoce ni la existencia de los consejos pastorales parroquiales, ni los componentes (donde haya), ni sus objetivos, tareas y resultados. Y no digamos del posible consejo diocesano. De donde podemos deducir que la jerarquía tiene olvidado al pueblo de Dios y al mismo tiempo que este pueblo viene acostumbrado a que se lo den todo pensado y hecho que él bastante tiene con ir a misa y seguir alguna costumbre local. Ignorancia y comodidad que hay que vencer antes de quejarnos de personas y estructuras obsoletas.

Y viene ahora el Sínodo de la sinodalidad y nos dice y repite en su Documento final que hemos de caminar todos juntos, que todos los bautizados somos responsables de la misión evangélica de la Iglesia.
Y dice mucho más acerca de los organismos obligatorios que han de participar en las decisiones pastorales tanto de la parroquia como de la diócesis. Insta a los ministros ordenados a no decidir nada sin contar con la opinión de todos los fieles laicos y religiosos. Y no se trata de consultarlos sino de ser auténticos corresponsables a los que han de escuchar y con los que han de discernir acerca de cuanto afecta a la Iglesia local.

No os voy a aburrir con citas del DF en las que insiste en que se formen consejos pastorales, económicos y asambleas generales donde no los haya, en que toda la actividad de parroquia y diócesis sea transparente y evaluadora para todos. Me limitaré sólo a invitaros a leer y estudiar ese documento que nos dejó el Papa Francisco para modernizar y actualizar nuestra Iglesia que está viviendo de formas y maneras de hace siglos y que encaja mal con nuestra sociedad.

Me falta añadir la llamada especial a que se incorporen las mujeres y los jóvenes que son sin duda los colectivos más olvidados en los órganos decisorios de la Iglesia a todos los niveles. Tenemos que aprender a opinar, a participar, a exigir que se nos escuche a que ni obispos ni sacerdotes sigan mandando y trazando sus planes sin decidirlo entre todos. En la Iglesia hay dones y carismas repartidos en todo el Pueblo de Dios y el Espíritu se manifiesta de muchas formas y sopla sobre todos.

Queridos hermanos laicos ha llegado nuestra hora y no podemos conformarnos con lo que ha dicho el cura. Todos al servicio de la misión que Jesús encomendó a sus seguidores: Id y evangelizar.

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