«Migrantes, misioneros de esperanza» es el lema de la Jornada mundial del migrante y del refugiado, que este año se celebra el domingo 5 de octubre para hacerlo coincidir con el Jubileo de los migrantes en Roma. Este año se ha hecho la invitación desde la delegación de Migraciones de nuestra diócesis a poner de relieve que las personas migrantes son portadoras de esperanza en un doble sentido para las comunidades que los acogen. Por otra parte, los migrantes y refugiados son portadores de esperanza también porque «están revitalizando con su juventud, sus valores, su trabajo, sus vidas, sus familias, su fe, sus ideales, la realidad social y eclesial de nuestro país».
En el «Espejo de la Iglesia en Aragón» de COPE entrevistamos Eduardo Alves, delegado diocesano de Migraciones y a Sergio Salas, coordinador Proyecto Châtillon. A continuación, transcribimos la entrevista.
Rocío Álvarez: Eduardo, ayúdanos un poco a aterrizar, a contextualizar, cuéntanos que idea fundamental nos quiere trasladar el Papa en esta Jornada del Migrante y del Refugiado 2025.
Eduardo Alves: Bueno, pues con esta son ya 111 las Jornadas Mundiales que nuestra Iglesia celebra para recordar, reconocer y orar con y por nuestros hermanos migrantes y refugiados. 111 jornadas, estos son 111 años lo cual, pues, demuestra y refleja el interés, la atención y que siempre ha habido dentro del Iglesia hacia los migrantes y el gran fenómeno de la migración. Este año, quiso el papa Francisco que estuviera marcado con la clave de la esperanza y esa esperanza con la que se abrió el año jubilar. Por eso se decidió que en esta ocasión coincidiera dicha jornada con el día del Jubileo Migrante que es el día 5 de octubre y por eso es el día en el que vamos a hacer la celebración.
Muy importante el lema de este año: «Migrantes, misioneros de esperanza». Esta jornada nos invita siempre todos los años a reflexionar, a poner una mirada serena sobre la realidad de las migraciones. Pero este año, en concreto, además, en esta clave de esperanza con ese lema tan fuerte y tan profundo y tan sincero, «Migrantes, misioneros de esperanza», nos da la oportunidad de reflexionar sobre el vínculo entre esperanza, migración y misión. Me preguntabas por el mensaje del Papa, pues el Papa León en su mensaje para esta jornada yo resaltaría sobre todo dos puntos importantes. En un momento determinado nos cuenta que en un mundo como el actual, oscurecido por las guerras, la pobreza, las injusticias, aún allí donde parece que todo está perdido, los migrantes y refugiados se erigen como mensajeros de esperanza. Su valentía y tenacidad son para todos nosotros un testimonio heroico de una fe que va más allá de lo que nuestros ojos pueden ver. Los migrantes, ejemplo y misioneros de esperanza.
El segundo punto que también parece muy importante resaltar del mensaje del León, del Papa León, es que los migrantes y los refugiados nos recuerdan a la Iglesia su dimensión peregrina. Su presencia debe ser reconocida y apreciada como una verdadera bendición divina, una oportunidad para abrirse a la gracia a la gracia de Dios, que da nueva energía y esperanza a su Iglesia. Efectivamente, yo creo que el ejemplo de los migrantes como personas de esperanza va más allá de lo que es nuestra Iglesia también en la sociedad. Las personas migradas y migrantes se convierten en muchos de nuestros contextos, están ya digo tanto sociales como de Iglesia, en factores concretos de esperanza. Yo diría su presencia entre nosotros, entre otros valores, aporta juventud y dinamismo y revitaliza la vida y la fe en nuestras comunidades.
R.Á.: Muchísimas gracias Eduardo y en Zaragoza habéis preparado una jornada para celebrar esta fecha, cuéntanos el plan.
E.A.: Bueno, pues como te decía, la jornada es una jornada de toda la Iglesia universal y en concreto en todas las diócesis hay unas celebraciones. También comentaba antes que lo importante en estas jornadas es dar espacio y aprovechar la oportunidad para reflexionar, tener una mirada realista y cercana a nuestros hermanos migrantes y compartir con ellos, eso es lo más importante. Por eso lo primero que hemos hecho ha sido divulgar, difundir como todos los años materiales que ayude y apoyen a las comunidades parroquiales y otras comunidades diocesanas a hacer esas reflexiones y esas celebraciones e incluso algunos subsidios litúrgicos generalmente son materiales procedentes de la delegación de migraciones de la Conferencia Episcopal. La verdad es que esperamos que, en cada una de estas comunidades parroquiales y resto de comunidades de nuestra Iglesia, este fin de semana se tenga presente la jornada, se comparta con las familias migrantes y que además como todos sabemos y todos vemos cada día están mucho más presentes en estas comunidades parroquiales. Y, en segundo lugar, también como todos los años, además de divulgación de materiales y de pistas para la reflexión y para la celebración, tenemos un concreto el propio día de la jornada que como os decía era el día 5 de octubre este domingo, una celebración a nivel diocesano. La celebración es y se ha dicho al principio del programa, se recuerda es en la Iglesia de San Juan de los Panetes y desde luego aprovecho para invitar a todos aquellos que quieran, puedan y estén con posibilidad de acercarse y compartir esa celebración. La celebración comenzará a las 11 de la mañana, como digo en la Iglesia de San Juan de los Panetes con una Eucaristía que presidirá precisamente el Vicario de Pastoral, Sergio. Y como todos los años también, acudirá, además de toda la gente que quiera acercarse, diferentes comunidades migrantes de nuestras parroquias. Son comunidades muy comprometidas en sus propias parroquias ya muy integrados y acudirán también. Después de la Eucaristía tendremos un compartir con cosas típicas de cada uno de sus países y lo más importante acabaremos la jornada con una peregrinación desde San Juan de los Panetes a la Basílica del Pilar para ganar el Jubileo, el Jubileo Migrante, es decir, haremos también el domingo el Jubileo Migrante en su día.
R.Á.: Pues muchísimas gracias Eduardo, esperamos que mucha gente se una en este evento de fraternidad, de cultura y de fe.
Saludamos Sergio Salas, coordinador del Proyecto Châtillon que llevan a cabo las Hijas de la Caridad cuyo propósito es acoger y acompañar a las personas refugiadas en su proceso de integración en la sociedad y promover una red permanente de apoyo social entre los propios refugiados. Cómo concretáis Sergio en Zaragoza ¿con qué acciones y herramientas ese propósito de Châtillon?
Sergio Salas: Sí, bueno pues Châtillon junto con el resto de proyectos de la obra social de San Vicente Paul, forma parte de la acción social que tiene las Hijas de la Caridad aquí en Zaragoza, aunque también es un proyecto que está presente en otras provincias.
Aquí concretamente el proyecto, lo que da respuesta es a la acogida de las personas refugiadas, que son solicitantes de protección internacional y requieren un acompañamiento integral, lo que hacemos es básicamente ese acompañamiento integral a través de viviendas de acogida, viviendas normales, pequeñas familiares, con 59 plazas, que van dirigidas a tanto hombres solos, que llegan hombres normalmente jóvenes migrantes, solicitantes de asilo, mujeres también que algunas vienen solas y otras vienen con menores de edad, familias monoparentales en este caso y necesitan para ello nuestro acompañamiento. Este proyecto también recibe fondos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, para eso también tenemos un equipo humano y de voluntariado. Y claro las personas acogidas necesitan varias cosas, lo primero de todo, recuperarse de un viaje migratorio muy traumático. En el que han estado expuestos a muchas situaciones de violencia y necesitan recuperar su dignidad como personas, para ello es clave la atención que presta nuestra psicóloga en ese proceso de recuperación.
Necesitan aprender el idioma, el español, algo tan básico para la vida diaria y para eso ponemos un profesor de español y también hay un equipo de voluntarios. Luego necesitan empezar a hacer algunos trámites en la ciudad, que les dan derecho a los dijéramos acceso a los derechos más básicos, pero que muchas veces no conocen, no saben, no pueden realizar por sí mismos. Y para eso hay un equipo de integradores y educadores sociales pues que los acompañan en el día a día para cosas tan básicas como la tarjeta sanitaria, el empadronamiento, darse de alta en el INAME, abrir una cuenta bancaria. Entonces todo esto es también crear un vínculo con estas personas desde que llegan y en el día a día, pues generar pues una relación en la que se genera, pues ese vínculo que permite luego hacer todo lo demás que sin ellos sería imposible.
Por supuesto en el tiempo que están con nosotros es un tiempo limitado, necesitan una ayuda para poder vivir, hasta que sean personales ya con independencia para hacer su vida. Hay unas ayudas económicas que gestionan el programa y sobre todo hay una ayuda profesional que les ayuda por ejemplo a la búsqueda de formación y empleo a través de nuestra insertora laboral, porque eso es una pieza fundamental del proyecto, que puedan salir con empleo y en unas condiciones lo más dignas posibles. Claro que pasa que muchas veces tenemos que finalizar los itinerarios cuando nos gustaría si no a veces también les deniegan el asilo y tenemos también voluntariado de la mesa por la hospitalidad y las conferencias de san Vicente de Paúl con nosotros.
R.Á.: Muchísimas gracias Sergio. Cuanta labor, que importante gracias a los dos, Sergio y Eduardo por dar voz a esta realidad por celebrarlo Eduardo, pues esto domingo a las 11:00 hrs. en San Juan de los Panetes y Sergio por abrirnos los ojos al propósito de este Proyecto Châtillon. Un saludo a los dos.
E.A.: Un saludo gracias.
S.S.: Gracias a vosotros.

