Un grupo de 25 jóvenes de diversos puntos de España participan estos días en un campo de trabajo en el Monasterio de El Pueyo de Barbastro. Han llegado de Barcelona, Madrid, Valencia y Granada y trabajan cada día en la restauración de la balaustrada de la Iglesia, las capillas laterales y la tienda de recuerdos, así como la limpieza de los jardines y alrededores de este templo tan emblemático para la diócesis. Todos los trabajos están supervisados por el padre Henrique y cuentan, además, con la ayuda de dos monjes de la congregación.

La labor sale adelante gracias a las muchas donaciones que ha reunido la comunidad del Instituto del Verbo Encarnado, procedentes de personas particulares, Cáritas o el Banco de Alimentos, y también de las aportaciones de la Asociación de Amigos del Pueyo, que ayudan con los materiales necesarios de pintura, pinceles, masilla y demás elementos necesarios.

Además de las tareas propias de reparación que llevan a cabo, los jóvenes disfrutan también de otras actividades. Los monjes se ocupan de cocinar para ellos y hacen de chóferes para llevarlos a jugar al fútbol, a la piscina, a hacer montaña y senderismo. Cada día disponen de momentos de oración, confesiones, charlas, diversión, trabajos comunitarios y la celebración de la Santa Misa. La comunidad del IVE y los Amigos del Pueyo están muy agradecidos y aseguran que no esperaban tantos jóvenes, dando gracias a Dios por este apostolado tan hermoso con la juventud, y pidiendo oraciones para que sea de mucho provecho espiritual para todos.