25 años de un milagro

Diócesis de Tarazona
5 de enero de 2018

Aniversario de la Parroquia de Santa Mónica en Cochabamba (Bolivia)
Eusebio Hernández Sola, OAR
Obispo de Tarazona

Queridos hermanos y amigos:
Elevamos un sentida acción de gracias al Señor, por los 25 años de la parroquia de Santa Mónica en Cochabamba (Bolivia), bodas de plata que este año vamos a poder celebrar y anticipo en el día de la Misión, aunque el domingo 21 de enero, tendremos un suplemento exclusivo de los 25 años. Nuestra diócesis de Tarazona, pequeña y pobre en recursos, ha realizado una obra de evangelización inmensa en esa querida parroquia de Cochabamba y por ello queremos hacer nuestras las palabras de María la Virgen en el Magnificat: “proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador”.

En el año 1992, la Iglesia celebraba el V Centenario de la Evangelización de América. Desde el año 1984, San Juan Pablo II quiso iniciar un tiempo de preparación para celebrar este gran acontecimiento de la historia de la Iglesia. Por ello, inicia una peregrinación de Roma a Puerto Rico (del 10 al 12 de octubre), con una escala en Zaragoza el día 10, poniendo en manos de María, en su advocación del Pilar y Patrona de la Hispanidad, lo que él propone como una nueva llamada a evangelizar aquel continente. A su vez, San Juan Pablo II, proponía a la Iglesia en España que retomará la participación en esta nueva evangelización en América, como lo había hecho desde el principio.

Esta llamada fue escuchada y acogida en nuestra diócesis de Tarazona y el obispo D. Miguel Asurmendi Aramendía acepta con gozo y entusiasmo la propuesta de D. Raúl Romero, sacerdote diocesano, de buscar la posibilidad de abrir en Bolivia una parroquia que fuera la respuesta de nuestra diócesis a la llamada del Papa de colaborar a la nueva evangelización.

Finalmente, el 17 de octubre de 1993, comenzaba el trabajo pastoral en la ciudad de Cochabamba en la parroquia de Santa Mónica. En estos 25 años han sido tantos los sacerdotes, religiosos y laicos que han dedicado años de su vida a este trabajo lleno de entusiasmo y generosidad. A la vez, han sido muchos los sacerdotes y laicos diocesanos que, por períodos más breves, han querido hacerse presentes en esta parroquia aportando su trabajo e iniciativas. No nombro a ninguno, porque la lista sería larga, pero sé que el Señor pagará con creces a todos la labor realizada.

También los obispos que durante estos 25 años hemos servido la diócesis de Tarazona, hemos animado esta misión diocesana y todos hemos visitado la parroquia de Santa Mónica, quedando siempre asombrados de lo que el Señor hacía a través de nuestra diócesis en Cochabamba.

Podemos decir que han sido 25 años de un milagro y que, como os decía al inicio, siendo una diócesis pequeña y con unos recursos económicos y humanos muy reducidos, hemos vivido con gran generosidad y alegría estos años de colaboración misionera con una diócesis hermana.

Demos, por lo tanto, gracias al Señor por la generosidad de tantas personas que, de una manera especial, han querido hacer presente el Evangelio de Jesús, hablando a aquellas gentes humildes y sencillas de la inmensa ternura de un Padre común, que ama a todos sus hijos, y de un modo especial, a los más los pobres; gracias por las iniciativas sociales que en aquel barrio se han realizado: guarderías, colegios, casa de acogida, comedores sociales, talleres, y un largo etc. Destacamos especialmente la iniciativa “pon un niño en tu mesa” que con tanta generosidad se ha mantenido en estos años; cuántas familias, parroquias, instituciones y, sobre todo, personas sencillas de nuestros pueblos han hecho suya esta actividad y generosidad.

Gracias, pues, a todos que a lo largo de estos años, con la pequeña gota o grandes aportaciones habéis hecho posible este milagro. Pero, si nuestra mirada al pasado es agradecida, la mirada al futuro debe ser esperanzada; dos jóvenes sacerdotes, D. Esteban Mauricio Barahona y D. César Alejandro D’Arbelles, junto a religiosos y religiosas, siguen haciéndonos presentes en Santa Mónica. Gracias por vuestra generosidad y esforzado trabajo. Si desde nuestra pequeñez hemos sabido mantener esta iniciativa misionera, desde esa misma pequeñez debemos seguir contando que uno de los trabajos de nuestra diócesis es esa parroquia lejana geográficamente pero cercana afectivamente.

En esta fecha jubilar de la misión de Cochabamba renovamos todos aquel ardor evangelizador y solidario hacia ella. Gracias Señor, pues te muestras grande en la debilidad, gracias hermanos de toda la diócesis de Tarazona, pues desde nuestra pequeñez has hecho obras grandes. GRACIAS.

Con todo afecto os saludo y bendigo.

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