La Archidiócesis de Zaragoza está fuertemente ligada a la persona y la espiritualidad de san Carlos de Foucauld. Durante años, la presencia de los Hermanitos de Jesús, en Farlete; además de un grupo de sacerdotes de Zaragoza que, desde hace más de treinta años, que se siguen reuniendo habitualmente a la luz de la espiritualidad de Foucauld.

A todo nos suenan los nombres del obispo Alfonso Milián o de Carlos Bardavío, ya fallecidos, o de los sacerdotes Antonio Ramos, Fernando Domingo o Antonio Lasheras. Este último ha participado en la canonización de Foucauld y nos presenta su experiencia.

«Gozo y alegría. Pensábamos que no iba a haber nadie… y sin embargo había muchos jóvenes franceses que se alimentan de la espiritualidad del hermano Foucauld», relata Lasheras. Este sacerdote zaragozano nos explica como el ‘día de desierto’ es el centro de su vivencia del carisma de Foucauld: «Nos reunimos, actualmente en las Anas de Garrapinillos, hacemos un largo rato de silencio, revisión de vida y comida de fraternidad».

En Roma, además de la misa de canonización, el domingo 15 de mayo, se celebró al día siguiente la misa de acción de gracias en la basílica de San Juan de Letrán. «Fueron unas misas alucinantes, yo ya había estado en la beatificación, y en ellas se veía la cantidad de personas enamoradas de la espiritualidad de Foucauld. El mensaje del Papa fue directo: habló de la santidad y todo el mundo puede entenderlo», afirma Lasheras.