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Un año de gracia para la diócesis de Barbastro-Monzón

Diócesis de Barbastro-Monzón
1 de abril de 2019

La diócesis de Barbastro-Monzón abrió el pasado domingo su  Año Jubilar, con motivo del 400 aniversario de la Procesión General del Santo Entierro, con una solemne eucaristía concelebrada por sus tres últimos obispos: el actual, don Ángel Pérez, su antecesor, el emérito don Alfonso Milián, y el hoy arzobispo de Barcelona, cardenal don Juan José Omella. “Este es un momento de gracia, un don de Dios, para renovar nuestra fe en Jesucristo, que son las raíces cristinas de Europa. Hoy hablamos de cofradías, y las cofradías son hermandad, como la Iglesia, testigos de fraternidad en medio del mundo”, resumió Omella, en la iglesia de San Francisco de Barbastro.

Del templo salió una procesión extraordinaria, con el paso del Santo Sepulcro, adquirido y bendecido por la cofradía de su nombre, hace 75 años, momento del resurgir de la Semana Santa barbastrense. El Cristo yacente recorrió el centro de la ciudad, a hombros de los portantes del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad,  y acompañado de las otras seis cofradías locales y del Santo Sepulcro de Monzón. El sonido de tambores y cornetas, y el numeroso público desde las aceras, arroparon su camino hasta la abarrotada S. I. Catedral, donde tuvo lugar la solemne eucaristía.

El consiliario de Cofradías, José María Ferrer, leyó los decretos del Vaticano y del Obispado de Barbastro-Monzón de la concesión del Jubileo, sobre el que reflexionó el cardenal Omella en la homilía: “Mirad a Cristo y no os canséis de mirarlo, contempladlo para vivir su mensaje de amor y que nosotros seamos testigos (…) Las cofradías sois un instrumento precioso que nos lleva la memoria de Jesucristo y su amor, y lo hacéis cofradía, fraternidad, porque Dios nos ama a cada uno y nos hace una familia de hermanos”.

Su palabras quedaron, tras la Comunión, reflejadas en el reconocimiento que la actual Junta Coordinadora realizó a todos los presidentes, priores y hermanos mayores de sus cofradías, un momento muy emotivo que reunió ante el altar a una treintena de homenajeados. “Somos herederos de una tradición, somos herederos de una devoción, modestos receptores del testigo que nos han entregado los que, a lo largo del tiempo, han mantenido vivo el espíritu cofrade en Barbastro”, leyó una portavoz de la organización.

La bendición papal cerró la celebración, en la que la cofradía del Santo Sepulcro ofreció un manto que entregó a la cofradía de la Virgen del Pilar. Sus respectivos presidentes, Jorge Belloc y Pilar Zazurca, lo colocaron en la peana de la Virgen en la capilla del Pilar, de donde salió hace 400 años la primera Procesión General del Santo Entierro. Los asistentes, de forma espontánea, entonaron el Salve Regina.

Año Jubilar

El Año Jubilar se inició el día 28 y la clausura llegará en 2020, el domingo 29 de marzo, con una Eucaristía en la Iglesia de San Francisco de Asís. Durante este Jubileo, se concederá la indulgencia plenaria, con las condiciones acostumbradas de confesión, comunión y oración por el Papa, a aquellos fieles cristianos que participen devotamente en las celebraciones litúrgicas de Jueves Santo, Viernes Santo y Vigila Pascual en cualquier parroquia de la diócesis. Además, la Junta Coordinadora de Cofradías ha preparado un amplio programa conmemorativo, con actos litúrgicos, religiosos y culturales, parte de ellos con carácter solidario. El primero, el concierto del pasado sábado, con la Orquesta de Cámara de Huesca, Coral Barbitanya, y las solistas Vanesa García, Beatriz Gimeno y María Murillo, recaudó fondos para el proyecto de prevención de adicciones de Cáritas Diocesana Barbastro-Monzón.

 

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