La Parroquia de Monreal del Campo junto con las Hijas de María, una de las Asociaciones de esta parroquia, organizan el Triduo y Fiesta de la Inmaculada Concepción del 5 al 8 de diciembre, con el lema “María: ¡puerta del adviento y testigo de la luz!”
Comienzan el sábado a las seis y media de la tarde con el Rosario y Triduo: “María, ¡Madre de la misericordia!”, a las siete es la Santa Misa; el domingo, día 6, a las doce del mediodía Rosario y Triduo: “María, ¡Madre de la esperanza!” y posteriormente la Santa Misa; el lunes, a las seis y media de la tarde Rosario y Triduo: “María, ¡Consuelo de los migrantes!” y a las siete Santa Misa; finaliza el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción de María, a las doce y media del mediodía Solemne Misa en honor de la Inmaculada Concepción, “María, ¡puerta del adviento y testigo de la luz!”.
Sabemos que más allá de cualquier acontecimiento favorable o contrario, el Señor no nos deja solos. Vino hace dos mil años y vendrá de nuevo al final de los tiempos, pero viene también hoy en mi vida, en tu vida, en nuestra vida de cada uno de nosotros. Jesús viene: el Adviento nos recuerda esta certeza; y esta es la raíz de nuestra esperanza, la certeza de que entre las tribulaciones y la realidad del mundo viene a nosotros la “luz y el consuelo de Dios”; una luz y consuelo que no están hechas de palabras, sino de presencia, de “su” presencia que viene a nosotros. “Vayamos, caminemos a la luz del Señor” nos dice el profeta Isaías.
María, la Virgen Inmaculada, es la mujer que nos abre la puerta del Adviento y nos conduce a la Luz que se nos manifestará en la pequeña aldea de Belén. María de Nazaret, la Virgen Inmaculada, es la estrella y puerta del Adviento… Ella llevó en su vientre con inefable amor de Madre a Jesucristo, Luz del mundo que ilumina la realidad presente que nos toca vivir. Ella vivió un Adviento de nueve meses en su regazo materno y virginal, pero también en su mente y en su corazón.
¡Qué largo y hermoso Adviento! Ella es la Madre de la Luz y la Esperanza, el modelo de la espera. Supo, como nadie, preparar un sitio al Señor, el Hijo que florecía en sus entrañas… Hoy María nos invita a preparar la venida de Jesús. ¿No se parece la cueva de Belén a tu corazón? A veces está lleno de mal olor, de excremento, de orín… Hay animales, bichos, telas de araña, maleza, espinas… Está oscuro, frío, olvidado de todo el mundo… Hay soledad, tristeza, angustia, pandemia, dolor, sufrimiento, muerte, inseguridad… Y es ahí precisamente donde Jesús, la Luz, quiere nacer.
Hijas de María de la
Parroquia de Monreal del Campo
