Alcorisa vivió el domingo, 21 de septiembre, una jornada de gran emoción y fe con motivo del traslado de las reliquias del Padre Paúl, el beato Leoncio Pérez Nebreda, a la Parroquia de Santa María la Mayor.
La procesión partió desde la iglesia de San Pascual y recorrió las calles de la localidad hasta llegar al templo parroquial, donde se colocó su nueva sepultura en la capilla habilitada para custodiar sus restos. Allí tuvo lugar también la bendición de dos cuadros dedicados a la memoria de los tres beatos Paúles (P. Fortunato Velasco, el propio P. Leoncio Pérez y el Hno. Luis Aguirre).
La eucaristía fue presidida por el arzobispo de Pamplona, el mercedario alcorisano Florencio Roselló, acompañado por el Administrador Diocesano, Alfonso Belenguer, el párroco de Alcorisa, Juan Pablo Ferrer, el padre Paúl Mikel Sagastagoitia, Visitador de la Congregación de la Misión en la provincia de Zaragoza, y otros sacerdotes de la zona. Numerosos fieles de la comarca se unieron a esta celebración histórica.
Breve Semblanza del Beato Leoncio Pérez Nebreda
El beato Leoncio Pérez Nebreda nació el 18 de marzo de 1895 en Villarmentero (Burgos). Ingresó en la Congregación de la Misión (Padres Paúles) en 1911, pronunciando sus votos en 1914 y recibiendo la ordenación sacerdotal en 1921.
Durante su ministerio destacó como formador de aspirantes al carisma vicenciano en el colegio apostólico de Teruel, y desde 1935 ejerció su misión en Alcorisa. De inteligencia privilegiada y carácter humilde, se ganó el respeto y afecto de cuantos lo conocieron, siendo recordado como un sacerdote fervoroso y recto.
En 1936, tras salir de Alcorisa rumbo a Zaragoza en busca de refugio durante la Guerra Civil, recorrió a pie varios pueblos, en algunos de los cuales pudo participar en la misa y recibir los sacramentos. Finalmente, fue reconocido en Oliete (Teruel) como misionero, entregando su vida por la fe.
Con la presencia de sus reliquias en Alcorisa, su testimonio de fidelidad sigue vivo hoy en día.
