El pasado 14 de enero, en una tarde tranquila y soleada, laicos de todas las edades, religiosas y sacerdotes nos reunimos en los salones de la parroquia de Santa Emerenciana para celebrar la PAZ de Jesús.
A través de sencillas dinámicas nos dimos cuenta de que nuestros sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto son herramientas que nos pueden ayudar a construir esa PAZ que Jesús transmitió con su mirada, con su escucha, con su sonrisa, con sus palabras y con sus manos.
Descubrimos cómo podemos y debemos brindar PAZ con acciones pequeñas, cotidianas y solidarias. Y nos pusimos ya manos a la obra: apoyamos económicamente el trabajo que lleva a cabo el sacerdote misionero turolense Antonio Martínez en Ecuador, y que él mismo nos explicó, para la educación en valores en el tiempo libre de niños y jóvenes, a través de una colecta que ascendió a 1.165 euros.
Luego, confeccionamos entre todos un mural donde plasmamos nuestro compromiso personal para crear PAZ a nuestro alrededor: en la familia, la escuela, el trabajo, las relaciones de amistad…
Vivimos un ambiente de fraternidad y mucha alegría. Nos cuestionamos si vamos por la vida transmitiendo PAZ. Repartimos gestos de PAZ. Cantamos canciones de PAZ. Y luego pasamos a compartir la mesa de la PAZ.
Salimos ya anochecido, dispuestos a ser instrumentos de PAZ en medio del mundo, de esa PAZ que acoge, que genera encuentro, que da respuesta con hechos. Gracias, Jesús, por habernos traído la verdadera PAZ.