Opinión

Jaime Urbizu

Ser amigos

21 de febrero de 2018

La verdad es que me apasiona el mundo oriental. Nuestros hermanos ortodoxos, les llamamos. Gente buena y piadosa, lo sé de primera mano. Pero en ocasiones me asalta el siguiente pensamiento: para amar algo, primero hay que conocerlo.

Y-M. Congar (un gran teólogo), en un libro que tiene sobre los cristianos ortodoxos, ya nos dice que ese distanciamiento surge por la falta de afecto y la ignorancia mutua.

Creo que hoy en día el ecumenismo consiste en re-conocernos, en concreto con nuestros hermanos orientales. Conocerles para luego quererles ¿Hay que rezar por la unidad de los cristianos? Por supuesto que sí, pues el Espíritu Santo es el principal protagonista. Pero para llegar a quererles, tanto tú como yo, primero hemos de conocerles.

Me gusta leer libros sobre la Iglesia en Oriente, sobre su historia, sobre nuestra historia, sobre su arte (especialmente los iconos), su liturgia, etc. Tengo que conocerles, pienso muchas veces. Tengo que querer quererles.

En concreto creo que hoy en día el ecumenismo pasa necesariamente por ser amigos, buenos amigos, amigos de verdad. Hace algunos años tuve la oportunidad de estar una temporada en San Petersburgo con unos sacerdotes y ahí palpé el ecumenismo, el amor por el otro, la caridad.

¿Y acaso no sabemos en qué consiste ser amigos? ¿Acaso tú y yo no somos distintos de nuestros amigos y aún así les queremos? Más aún, ¿no queremos a nuestros amigos precisamente por ser distintos?

Yo es lo que vi. Visitarse mutuamente, quedar a tomar algo, excursiones juntos, campamentos juntos en verano, en ocasiones irse a ver el fútbol. En fin, ser amigos. Y después vendrá lo que tenga que venir.

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