Sencillez que sana

Dar patadas o puñetazos a un muro, destroza los pies y las manos, pero no destruye el muro. Reflexión que escuché no hace mucho para ayudarnos a pensar que no sirve de nada lamentar y criticar el presente de la Iglesia, sino el trabajar humildemente por embellecer su rostro.

Dicho lo cual, no estará nunca de más que nos recordemos que “cada año nos ponen antes la navidad. Una navidad con minúscula, pequeña y mercantil, que abarrota los escaparates de suculentas ofertas, tan sofisticadas como innecesarias. Nuestros munícipes aportan al festejo sus bombillas de colores que, naturalmente, extraen de nuestros castigados bolsillos. La importación de interesada y barriguda imaginación siembra el ambiente de gordinflones colorados, ajenos a nuestra cultura”.[1]

Ciertamente, quedarnos solo ahí no sirve absolutamente de nada, sobre todo si lo decimos o escribimos y, después, caminamos alegremente y nos encontramos tan a gustito viviendo la navidad con minúscula que criticamos. Recordando todo esto negativo (y lo hago muy a gusto, aunque no sirva para nada), quiero valorar la sencillez y el anonimato salvador de la primera Na-ti-vidad de la historia. Sencillez anónima que hace tanto bien en tantas personas, en tantas instituciones, en tantos lugares. No es exclusiva de este tiempo, ni postureo navideño, sino actitud y cualidad permanente de muchos.

Esta sencillez anónima, fuerte y viva, de tantos, aporta a nuestra sociedad, a la vida de cada uno de nosotros, un rasgo valiosísimo de esperanza y de compromiso:  no es necesario esperar a acontecimientos extraordinarios porque lo más sorprendente de la vida acontece en lo ordinario. En lo positivamente sencillo encuentran su fundamento y seguridad el bienestar y dignidad de todos. “Con frecuencia, la paz no nace de los grandes personajes, sino de la determinación cotidiana, todos los días, de los más pequeños”.[2]

Podemos afirmar, creo, sin riesgo de equivocarnos que la sencillez es lo que hace grande a una persona o a una institución. Porque la sencillez nace del corazón. Conocer a personas que, pudiendo ser alguien, son sencillas inspira confianza y nos ayuda a descubrir su valor transformador. La sencillez denota nobleza a la vez que madurez y sabiduría. Una persona sencilla simplemente es como es. Sabe apreciar los pequeños detalles de la vida, una sonrisa, una mirada, un “gracias”. Sabe lo que significa la palabra “respeto” y lo practica valorando lo que a otros quizá les cueste más ver[3].

“Seguramente los acontecimientos decisivos de la historia del mundo han estado influenciados por almas de las que no se dice nada en los libros. Y cuáles son las almas a las que tenemos que agradecer los hechos decisivos de nuestra vida personal, es algo que solo conoceremos el día en que todo lo que está oculto se revele”. (Santa Teresa Benedicta de la Cruz. Edith Stein).[4]

Así se explica que la Navidad, con mayúscula, nos trae el recuerdo de ese Niño frágil, balbuciente, desconocido, sencillo y pobre, en el que se hace visible lo que salva al mundo, El que salva al mundo, desde la fecundidad de la sencillez y del ocultamiento.

Por eso me gusta este dibujo con el que nos felicitamos desde la sencillez revolucionaria y liberadora. Y que lo dejo a vuestra contemplación.

Trazos suaves. Sencillez. Color tenue. Serenidad. Moderno y sugerente.

Lo esencial. Sin adornos. Lineal.

Esta bella sencillez transforma al mundo.

Solo ella. Lentamente, profundamente, en certeza y esperanza, ¿no lo notáis?

Así es la belleza de Dios. Su sencillez.

“No ha habido en el mundo más que una figura positivamente bella: Cristo” (Dostoyevski. 2021: el 200 aniversario de su nacimiento).

El nacimiento de Cristo en la sencillez, nos regala la capacidad de discernir y evaluar lo esencial. VOLVAMOS A EMPEZAR DESDE BELÉN, VOLVAMOS A EMPEZAR DESDE NAZARET”. (FRANCISCO. Audiencia General. 17 nov 21)

En esta belleza de lo sencillo, nos felicitamos en el 2021 aniversario del nacimiento del Señor.


[1] JAIRO DEL AGUA. La navidad con minúscula. Religión Digital. 16 noviembre 2009

[2] FRANCISCO. A las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático de Chipre. Nicosia. 2 diciembre 2021.

[3] Cfr. ANA BOU La sencillez nace, no se hace. Religión Digital – 28 septiembre 2021.

[4] Citado por Cristina Simonelli. ¿La santidad de la puerta de al lado necesita de los milagros? DONNE CHIESA MONDO. N° 71. Noviembre 2021. Pág. 8.