Seminaristas de Zaragoza celebraron su Jubileo en Roma con el Papa León XIV

Fabio Ovalle Medina
7 de julio de 2025

Del 23 al 24 de junio, los seminaristas y formadores del Seminario Metropolitano san Valero y san Braulio que congrega a alumnos del Arzobispado de Zaragoza y de las Diócesis de Huesca y Barbastro-Monzón peregrinaron a Roma con motivo del Jubileo de los Seminaristas, enmarcado en el Año Santo convocado por el Papa Francisco. Este encuentro jubilar, que reunió a miles de seminaristas venidos de distintas partes del mundo, tuvo su momento culminante con la peregrinación por la «Via della Conciliazione», el paso por la Puerta Santa y una catequesis dentro de la basílica de San Pedro dirigida por el Papa León XIV.

En el «Espejo de la Iglesia en Aragón» de COPE entrevistamos Isaac Blanco y Fabio Ovalle, seminaristas de Zaragoza. A continuación, transcribimos la entrevista.

Rocío Álvarez: Ya ha pasado más de una semana, supongo que tenéis todavía frescos esos días en Roma, juntos, toda la familia del seminario para vivir esa experiencia jubilar con el Papá León XIV ¿Qué tres cosas empezamos contigo Fabio, destacarías cada uno de lo que más os ha emocionado o calado especialmente durante este viaje jubilar a Roma?

Fabio Ovalle: Pues bueno, yo creo que destacar principalmente la fraternidad que pudimos vivir allí. Si bien es cierto, somos 23, los seminaristas que, bueno, 23 las personas, junto a los dos formadores, que hemos podido participar de esta peregrinación y esa fraternidad que vivimos. Dos, la expectativa de lo que iba a ser el primer encuentro con el Papá León XIV, su mensaje y tres, pues bueno, el peregrinar por la puerta Santa, el ganar la indulgencia y sobre todo en un momento de mucha oración, podernos nosotros también ganar o acceder a esa indulgencia plenaria, fueron comprar a mí los tres momentos que adicional a estos, pues bueno, complementaron lo que fueron cinco días de oración, de compartir, de conocer, de disfrutar y bueno, también de pedirle al Señor por las vocaciones.

R.Á.: Qué bueno, Isaac cuéntanos.

Isaac Blanco: Bueno, pues a mí, si tuviera que destacar algo, principalmente sería que la Iglesia está viva. Lo hemos podido haber reflejado a través de todos los seminaristas que hemos acudido al Jubileo y verdaderamente, pues la Iglesia late con mucha fuerza. Por otro lado, también me gustaría destacar la figura del Papa ¿no? El Papa como cabeza de la Iglesia que nos congrega a todos en la unidad, que es un elemento de unión para todos los católicos y, en ese sentido, pues también, ver la responsabilidad que tenemos nosotros, especialmente como seminaristas, de rezar por él y rezar por toda la misión que tiene, que tienen comendada. Y por otro lado también, pues, un elemento esencial durante esta peregrinación me parece la fraternidad, como ha comentado Fabio, realmente es un elemento de cohesión, no solo para todos los seminaristas que hemos acudido al Jubileo, sino también para el propio Seminario de Zaragoza, que ha sido una experiencia, pues, realmente, confortante.

R.Á.: Y tuvisteis como decís una catequesis, un encuentro en San Pedro impartida por León XIV ¿Qué destacaríais de su mensaje?

F.O.: Bueno, pues, el Papa en su mensaje fue muy enfático primero, nos sorprendió, porque a los seminaristas que íbamos de España, bueno, al ver que éramos bastantes, pues su primer saludo, antes de dar su catequesis, fue en español. Creo que todo su discurso fue centrado en lengua italiana, pero al ver la cantidad de seminaristas que éramos de España, pues ha centrado o quiso iniciar su discurso en español. Y lo más importante, que nos invitó el Papa primero en el tema de estar siempre unidos, nos hablaba también del tema de testimoniar la misericordia, de testimoniar la misericordia de Dios en medio de la sed, en la que vive el mundo, en la sed, en la que vive los jóvenes, y, sobre todo, nos dio las gracias por la valentía de esa invitación que nos ha hecho el Señor de seguirlo, de testimoniar, y sobre todo también de ser discípulos y de ser valientes de haber entrado al seminario. Entonces, esas palabras en español en Castellano, a cada uno de nosotros, pues, nos llamó mucho la atención, porque fue una emoción de escucharlo hablar en nuestra propia lengua, en nuestro propio idioma. Y bueno, pues ese mensaje estuvo centrado. Yo lo recalqué aquí en testimoniar la misericordia, permanecer cerca de quienes los que sufren, y, por último, pues, nos hizo una invitación muy fuerte que era el cuidado con la superficialidad y la hipocresía ante las crisis que durante nuestro proceso de formación se nos puedan presentar.

R.Á.: Quién interesante, Isaac cuéntanos también.

I.B.:  Yo en la misma línea que comentaba Fabio sobre testimoniar la misericordia, pues, me parece muy destacable el tema del que habló de que los seminaristas estamos a tener el mismo corazón que Cristo, ¿no? Y realmente, pues eso es la vocación al que estamos llamados, ¿no? Ser Cristo en esta tierra y de esa manera, pues, tener los nuevos sentimientos que él para mostrarle al mundo, cuáles son los sentimientos de Jesucristo, ¿no? Y por otro lado también, pues, sin duda, me parece también muy destacable las palabras que nos dirigió en español, que nos hicieron a todos mucha ilusión, que fue es ser valiente, sino tener miedo. Pero yo también veo que no solo fueron palabras que, sin duda, nos confortaron, nos alentaron a los propios seminaristas, sino también, pues, un mensaje a todos aquellos chicos que, pues, que se están planteando la vocación, que están pensando en esta llamada, porque realmente, como dijo León XIV, pues, la vocación sacerdotal es una aventura fascinante.

R.Á.: Desde luego, habéis participado de este Jubileo junto a miles de seminaristas, venidos de todo el mundo ¿Cómo vivís vosotros que estáis en los primeros años de este periodo de discernimiento, de formación vocacional, el haber podido compartir estos días con jóvenes que, como vosotros, están en el mismo camino vocacional?

F.O.: Bueno, fue muy interesante. En el primer caso, en el caso mío, pues, era la primera vez que tenía un encuentro con seminaristas de todo el mundo, con seminaristas de todo España, para mí era el primer encuentro y, bueno, conocer la realidad de cada uno de ellos, el que te cuenten cómo su experiencia de su llamado, su vocación, el servicio que prestan en sus diócesis, el que nos preguntaran cómo en nuestro seminario, cómo en nuestro proceso, pero lo más importante es cómo esa configuración con Cristo, con el que nos ha llamado a cada uno de nosotros. Hemos hablado mucho y hemos recalcado con Isaac, que el tema de la fraternidad y verdad, que cuando nos hemos encontrado en el Colegio Español de Roma, allí tuvimos un encuentro de adoración eucarística, pero al final un compartir, lo que llamamos nosotros un picoteo con todos y, bueno, allí conocimos la realidad de todos, en varias diferentes edades, ya algunos, ya diáconos, listos para su ordenación, presbiteral, otros que están como nosotros también empezando el proceso, pero los ve uno como muy seguros de la decisión que han tomado y aquí lo más importante, es la respuesta que personalmente cada uno le estamos dando al Señor. El Papa lo decía, el camino no es fácil, habrá crisis, porque dentro de, por así decirlo, del léxico, alguna de las palabras de formación de los seminaristas existe la palabra crisis. Entonces es palabra crisis te ayuda a ti como a evaluarte en el tema personal, vocacional, pastoral, entonces como que el escucharlos a todos de sus experiencias hace que tú también te evalúes y como que también, oye, esto me gustaría llevarlo a la práctica, esto me gustaría a mí aprenderlo. Entonces sí han sido momentos para mí gratificantes y que me gustaría recalcarlos y llevarlos muy en cuenta en lo que aprendí, conocí de mis demás compañeros seminaristas.

I.B.: Bueno pues a mí me gustaría destacar dos cosas, lo primero, pues relacionado con lo que he dicho antes, verdaderamente ver que la Iglesia está viva, pues obviamente encima como has contado tú Rocío en los primeros años de seminario, pues ayuda mucho, ¿no? Ver que no eres el único, que hay muchísima más gente que ha dicho que sea el Señor, que va a dar su vida por el Señor y ver que efectivamente que eso es una riqueza para la iglesia que la vivifica. Y luego por otro lado, pues en la misma línea que Fabio, no, ver como Dios llama tantas personas y actúa en la vida de esas personas, ¿no? Me parece que, pues que sin duda es una ayuda muy importante.

R.Á.: Pues muchísimas gracias a los dos Fabio e Isaac, que maravilla de testimonio de crónica, también que nos habéis regalado de esos días tan impresionantes que habéis vivido, que el Señor desde luego os acompaña siempre, un saludo para los dos.

F.O.: Muchas gracias Rocío.

I.B.: Muchas gracias.

R.Á.: Gracias a los dos.

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