La Luz de la Paz de Belén arde en nuestras parroquias, templos y hogares gracias al movimiento de Scouts Católicos que, en nuestra diócesis, encabeza Loreto Montañes. Y la luz brilla en la tiniebla (Jn 1, 4-5) es el lema escogido este año para una iniciativa que distribuye desde Viena la luz encendida en la cueva del nacimiento de Jesús en Belén.

La pandemia no ha permitido hacer un reparto al uso pero, como las Trinitarias de Madrid la guardan todo el año, la capital de España ha sido el punto de partida para un recorrido adaptado a los cierres Provinciales y autonómicos. En Aragón, el movimiento Scout de Zaragoza recogió la llama en la frontera con La Rioja y el sábado pasado la pasaron a Huesca. Ese mismo día, se fueron sucediendo las entregas de manera personal en parroquias, congregaciones o el Hospital de Barbastro, de forma que estos puntos sean a la vez distribuidores, algo que ya ocurrió en esa jornada. Quien desee que esa luz arda en su hogar, puede dirigirse a su parroquia.

«Se sigue y se impulsa mucho, con mucho cariño, con ese mensaje de Paz, de ir pasándola, de cuidar al de al lado», explica la delegada. Además, tiene un significado muy hermoso: «La llama, cuando la das, en lugar de acabarse se multiplica. A veces no es sencillo pasarla, en invierno, con aire. Como la paz, no es fácil conseguirla ni mantenerla, cuesta un esfuerzo». Esfuerzo, también, el que han hecho para adaptar a las redes sociales la celebración de la Oración Interreligiosa por la Paz, el día de Nochebuena. El formato cambia pero el objetivo sigue intacto: que reine la Paz en todos los rincones de la Tierra.