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Santos Pedro y Pablo. 29 de junio de 2025

Raúl Romero López
23 de junio de 2025

¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre?

INTRODUCCIÓN

Señor, en la fiesta de San Pedro me siento limitado como él; pecador como él; pero también muy querido de Ti como él. Haz que, como Pedro, yo también sepa superar mis pecados, mis deficiencias, mis negaciones, por la fuerza de mi sincero amor.

LECTURAS BÍBLICAS

1ª lectura: Hechos 12, 1-11;                   2ª lectura: 2Tim. 4, 6-8.17-18.

EVANGELIO

Mateo 16, 13-19

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?». Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas». «Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?». Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Y Jesús le dijo: «Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo». Entonces ordenó severamente a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.

MEDITACIÓN-REFLEXIÓN

En el evangelio de hoy Jesús hace dos preguntas  

1ª) a la gente. 2ª) a los discípulos.

Pregunta a la gente. Como dice el Papa Francisco, la pregunta a la gente es muy importante. A Jesús le interesa la opinión de la gente, los problemas y preocupaciones de la gente, lo que palpita en el corazón de los hombres y mujeres del mundo.  Sin esta consulta a la gente la Iglesia difícilmente podrá dar una respuesta acertada, real y actual al mundo. Como nos aconseja el Concilio Vaticano II “hay que escrutar los signos de los tiempos» (G.S. 44). Y nos lo ha recordado constantemente el Papa Francisco en este año SINODAL.

Pregunta a nosotros.  La segunda pregunta la plantea Jesús a los discípulos y contesta Pedro en nombre de todos. Aparentemente Pedro da una buena respuesta ya que es elogiado por el propio Jesús. Pero hay que seguir leyendo el evangelio y nos daremos cuenta de que esta respuesta es insuficiente ya que, cuando Jesús les dice que el Mesías debe padecer mucho y morir, San Pedro protesta enérgicamente: “De ninguna manera debe pasarte eso a ti”. Y Jesús le da una respuesta muy dura: “Apártate de aquí, Satanás”. Pedro se equivocó al pretender dar lecciones a Jesús marcándole el camino que debía seguir. El camino lo marco yo. Tú, ponte detrás de mí. En honor a Pedro, éste supo dar una buena respuesta cuando, después del anuncio de la Eucaristía, Jesús pregunta: ¿También vosotros queréis marchar? Y Pedro, en nombre de todos, contesta: ¿Maestro, ¿adónde iremos? Tú tienes palabras de vida eterna (Jn. 6,68). Una respuesta válida para todos los tiempos: Sin Cristo estamos perdidos, no sabe mos dónde ir. Sus palabras saben a vida eterna. Con Pedro, Cristo nos da también a nosotros las llaves para “abrir el libro de la vida” y descubrir el sentido de nuestra historia.

PREGUNTAS

1.- Las preguntas de Jesús nunca se hacen sobre cosas superficiales: el tiempo, dónde voy a pasar el fin de semana, o la matrícula del nuevo coche. Va siempre a la persona, a lo que más afecta a la persona. ¿Caigo en la cuenta de la cantidad de preguntas inútiles que hago a lo largo de la vida?

2.- ¿Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo? A Jesús le interesa lo que Jesús supone en mi vida. No caben respuestas evasivas.

3.- Ante Jesús nadie pasaba indiferente. Levantaba preguntas en la gente. Mi vida de cristiano, ¿levanta preguntas en las personas que viven a mi lado?

Este evangelio, en verso, suena así:

«¿Quién soy Yo para vosotros?’

dijo Jesús, a la espera

de que sus Doce discípulos

le dieran una respuesta.

En nombre de todos, Pedro

contestó que Jesús era

«Mesías», «Hijo de Dios

y Salvador de la tierra».

Pero, a veces, las palabras

se quedan en letra muerta,

si los hechos no demuestran

una firme coherencia.

Por eso, Jesús matiza

que la fe es más que «creencias»

Cree en Él, como Mesías,

quien camina tras sus huellas:

El que se niega a sí mismo,

se libera de cadenas,

carga la cruz, da su vida

en franca y total ofrenda.

Como Jesús, el cristiano

vive en contra del «sistema»:

prefiere el amor al odio,

la humildad a la soberbia.

Creemos en Ti, Jesús,

nuestra ilusión, nuestra fiesta,

el aire que respiramos,

la sangre de nuestras venas.

(Compuso estos versos Javier P. Benedí)

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