El próximo sábado 7 de junio a las 21 horas, toda la comunidad diocesana tenemos un encuentro en la Plaza del Pilar entorno a Santa María y a la solemnidad de Pentecostés. Va a ser un espacio para la esperanza, una celebración dentro de este Jubileo ordinario de 2025 que nos debe ayudar a tomar conciencia de que el Señor nos envía a través del don del Espíritu a ser misioneros y testigos de la esperanza.
En este intenso tiempo de Pascua, en el que hemos despedido con gratitud al papa Francisco y hemos acogido como una gracia al papa León XIV, muchos de nuestros catecúmenos están recibiendo los sacramentos de la iniciación cristiana. Las parroquias, los sacerdotes, los catequistas y las familias, viven con intensidad y singular júbilo la Primera Comunión de nuestros pequeños. A su vez, los jóvenes y adolescentes de parroquias y colegios, viven el don del sacramento de la Confirmación con gozo y responsabilidad. También tenemos la oportunidad de vivir cada Pascua la celebración diocesana de la Iniciación Cristiana de Adultos en nuestra diócesis, donde casi un centenar de catecúmenos de distintas parroquias y comunidades, reciben el bautismo, la eucaristía o la confirmación en una celebración cuidada y gozosa, vivida con profundidad y alegría por todos los presentes. Son momentos de presencia del Espíritu Santo que se derrama sobre todos ellos.
En esa tensión creyente es en la que este año queremos celebrar la preparación de Pentecostés. Y queremos hacerlo de la mano de María, rememorando el inicio de la vida de la Iglesia cuando, según el libro de los Hechos de los Apóstoles, los apóstoles y María, la madre de Jesús, perseveraban unánimes en la oración después de la ascensión del Señor. (cfr. Hch 1, 14). La Iglesia diocesana de Zaragoza se siente también convocada junto a Santa María, la Virgen del Pilar, para, en un encuentro orante, rememorar Pentecostés y el papel de María en la acogida del Espíritu y sentirnos como el Apóstol Santiago, animados y enviados a la misión.
El encuentro se está organizando con mucha ilusión y seguro que es un momento de gracia para toda la Archidiócesis de Zaragoza. Por eso os convoco y exhorto a participar en el él, a todas las parroquias, comunidades religiosas, delegaciones, asociaciones y movimientos, colegios, cofradías y hermandades y a todas las realidades eclesiales que vivís en nuestra diócesis vuestra fe en Cristo Resucitado. Será un momento para reafirmarnos en la comunión, para sentirnos enviados a la misión y manifestar públicamente como Pueblo de Dios, nuestra fe en Jesús, nuestro Salvador, que envía su Espíritu para que tengamos vida en abundancia y la propongamos a los demás.
Nos vemos este sábado 7 de junio en la Plaza del Pilar. Con María a la espera del Espíritu, enviados a la misión.