Nació en Zaragoza y su vocación es ser maestra. Montse dedica mucho tiempo al estudio de la Teología en el ICSR Nuestra Señora del Pilar. Además, comparte la fe en la cárcel de Daroca y, para celebrar los 400 años del carisma de san Vicente de Paúl, se ha ido con el Evangelio hasta Lobito (Angola), donde ha dedicado dos meses a la misión. En medio del DOMUND 2017, encarna el lema de esta campaña: ‘Sé valiente. La misión te espera’.

¿Has rezado con ellos? Rezado y cantado, en portugués y en ‘úmbúndú’. Todas las mañanas. La fe de los niños es espectacular: cuando se ponen a rezar, lo viven en primera persona. Son ellos los que piden hacerlo. Eran oraciones cortitas, que saben de memoria, y canciones de la misión que hablan de acoger al otro y escuchar al Señor.

También has estado con mujeres. Sí, sobre todo, acompañándolas en un grupo de promoción a la mujer angolana en la Iglesia católica, que se llama PROMAICA. Lo primero que hacíamos era rezar el Rosario, porque tienen una gran devoción a María.

¿Y después? Después compartíamos la Palabra. Ellas tienen la necesidad de leer la Biblia y luego, escenificándola o cantando, reforzar su identidad cristiana, para ser también misioneras en sus barrios de Cassai, Compão y Cabaia. He acompañado a mamás muy jóvenes, las de los niños de Omõla Wasandjuka, para que aprendan a coser, hacer jabón, suero. La mayor parte son solteras y tienen que ser fuertes para educar a sus hijos.

¿Y los catequistas? Los catequistas tienen muchas ganas e interés por aprender, no tanto Teología, sino su identidad cristiana, qué significa ser cristiano. Muchas veces tienen confusión, es muy fácil entremezclar creencias, pero ellos quieren ser cristianos auténticos. Me han pedido que les hable de Dios, de los mandamientos, de los sacramentos. Si algo me maravillaba, era ver cómo estos catequistas reunían los sábados por la tarde a tantos niños y jóvenes para transmitir la fe, que celebrábamos con la misa el domingo a las siete de la mañana.

He acompañado a mamás muy jóvenes para que aprendan a coser, hacer jabón, suero.

¿Has aprendido algo en Angola? Muchas cosas: ser paciente, escuchar, creer en la Providencia y que está prohibido quejarse, porque tengo unos dones y unos talentos que puedo poner al servicio de la otra persona, y esto me ayuda a mejorar mi vida. Ha sido un gran regalo.

MISEVI, ¿qué es? Para mí, ser misionera seglar vicenciana es promocionar a la persona y evangelizar desde la caridad.

¿Evangelizar desde la caridad? Servir a Cristo en los pobres, que es el carisma vicenciano. Para mí, Vicente de Paúl es un desafío en este mundo, ir contracorriente, porque no es sencillo dar testimonio y ser transparente. Como él, me siento responsable y llamada para atender a mis hermanos en cualquier situación, ya sea de pobreza o no. Lo importante es estar atento al hermano y salir de la comodidad.

¿Qué es Misevi?Domund 2017