Desde la parroquia de Lanaja se organizó el día 30 de abril y 1 de mayo la primera peregrinación a la Virgen del Pilar a pie desde Lanaja hasta la Basílica de Ntra. Sra del Pilar en la ciudad de Zaragoza fruto de la reflexión del sínodo del la sinodalidad.

Fue una propuesta eminentemente en clave evangelizadora que pretendía también retomar la devoción que siempre se había expresado de esta forma por los vecinos del pueblo de Lanaja, se sabe que ya en el año 1939 una vez acabada la guerra civil, un grupo numeroso de vecinos se desplazaron andando para agradecer a la Virgen el hecho vital del final de la guerra, a lo largo de los años y para otros viajes personales con diferentes objetivos los vecinos nunca se olvidaron de pasar a saludar y rezar ante la Virgen.

La idea se acogió con gran ilusión aún a sabiendas que recorrer 60 kilómetros andando no es tarea fácil, sobre todo por ser un territorio tan inhóspito como es el desierto de nuestros queridos Monegros, unas valientes 25 personas nos lanzamos a la aventura, entre ellos dos niños y algunos mayores con no mucha energía a causa de alguna que otra patología.

Dos jornadas fueron necesarias para cumplir el objetivo propuesto. El día 30 de abril, a las 7:30 horas partimos los peregrinos desde la iglesia Ntra. Sra. de la Asunción en Lanaja, tras la oración de salida y la colocación de los distintivos que nos identificarían durante todo el recorrido, unas pañoletas de color amarillo que rezaban “Levántate, ponte en camino”, salimos en dirección Farlete, atravesando la Sierra de Alcubierre por el barranco Valdezaragoza, el antiguo camino que ya se utilizara en otra época. La llegada al Santuario de la Virgen de la Sabina sobre las 14:00 no fue suficiente recorrido y necesitamos seguir 13 kms añadidos, que hicieran más asumible el siguiente trayecto que ya se presumía demasiado largo.

Tras la primera jornada agotadora, nos quedaba la ducha esperada y rápida por falta de tiempo y la celebración religiosa en comunidad a cargo de D. Oscar Alejandro Carreño Amarillo a la que se sumó la Parroquia de Farlete por la que fuimos extraordinariamente bien acogidos y al acabar la tarde el esperado descanso en la hospedería del Santuario.

El día 1 de mayo hubo que madrugar para poder cumplir los plazos en cuanto a recorrido y tiempo, había que estar a las 18.00 horas delante de la Virgen, y no había posibilidad de entretenerse demasiado por el camino. Tras la oración de salida, íbamos dejando atrás sin pausa los senderos secos, los molinos de viento, la sabina milenaria y los pinares de Villamayor.

Mientras, ese mismo día un autobús recogía en Lanaja a 35 personas mayores y no tan mayores del pueblo y otras localidades, Lalueza, Poleñino, Monegrillo, Pallaruelo, San Juan del Flumen, San Lorenzo del Flumen, etc. todos estos peregrinos nos esperaron en la cercanía del puente de piedra para poder entrar juntos en procesión hasta los pies de la Virgen. Otros conocidos y amigos que se habían enterado nos esperaban también para compartir el evento.

Alrededor de 100 personas nos unimos en oración ante la eucaristía que nos ofreció el obispo de Huesca y Jaca Monseñor Don Julián Ruiz Martorell y D. Oscar Alejandro Carreño Amarillo. Rezamos ante la Virgen del Pilar para que intercediera por el final de la guerras que hacen al hombre tan inhumano, para que los derechos humanos sean respetados en todo el mundo sobre todo por el bienestar de los niños y de nuestros mayores los más vulnerables. De forma tradicional seguimos pidiendo fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor.

Tras la foto de grupo y de obtener el último sello de nuestro documento credencial, nos quedó mucho cansancio pero de igual forma la satisfacción y la emoción del deber cumplido, nos despedimos de la Virgen con un “hasta pronto” porque al igual que nuestros antecesores, pasaremos como siempre y regularmente a saludar y rezar ante sus pies y por supuesto volveremos a peregrinar si Dios quiere y en mayor número de participantes el próximo año.