Manos Unidas Aragón celebra «la Cruz de Mayo»

En muchos lugares del mundo se celebra cada 3 de mayo el día de “la Cruz de Mayo o la Fiesta de las Cruces”, que conmemora el momento en el que Santa Elena encuentra la Santa Cruz donde Jesucristo fue crucificado en Jerusalén. Aunque la Iglesia Católica celebra litúrgicamente la Exaltación de la Santa Cruz cada 14 de septiembre, muchos cristianos de distintos países de Latinoamérica y España revisten ese día las ciudades de cruces llenas de flores, lazos y otros adornos, como una muestra de religiosidad popular. Desde Manos Unidas Aragón han organizado un acto centrado en la exaltación de la Cruz para recordar a todas aquellas personas que padecen y carga con cruces de dolor.

ORACIÓN Y FOTOGRAFÍA

Desde las distintas delegaciones de Manos Unidas de Aragón, junto con su consiliario correspondiente, el 3 de mayo se dieron cita en torno a una Cruz para rememorar la salvación que nos trae Cristo con su crucifixión. Primero, realizaron un pequeño acto que comenzó con una oración y, después, tomaron una fotografía junto a una cruz emblemática de la ciudad: El Cristo de la Paz en El Santo Sepulcro de Calatayud; la Cruz de la plaza de Santa Cruz en Zaragoza, la Cruz del Camino en Jaca; la Cruz de la plaza del Seminario en Teruel; la Cruz en el Monasterio de El Pueyo en Barbastro y la Cruz del convento de San Miguel, las Miguelas, en Huesca.

El año pasado realizaron una actividad similar pero con las cruces situadas en los montes y en las cumbres. Con este acto pretenden visibilizar la Cruz y mostrar que “todas las Manos Unidas de las diócesis están en el mismo camino, en la misma lucha y abrazando la misma Cruz”, explica Rosa Tenas, delegada de Manos Unidas Huesca.

LA CRUZ SALVADORA

Con el acto de Manos Unidas han querido celebrar que la Cruz nos ha salvado a todos y es la que nos da fuerza para seguir adelante en la adversidad. Rosa Tenas, delegada de Manos Unidas Huesca comenta que después de la Pascua, “la Cruz vuelve a tener un significado de salvación y no de dolor y muerte como en Viernes Santo”. De hecho, “ en Manos Unidas Aragón pensamos en destinar un día para recordar a todas las personas vulnerables que sufren cruces de dolor, que son cruces de Viernes Santo, para que se conviertan en cruces de esperanza”, puntualiza la delegada.

RAÍCES DE LA TRADICIÓN

Rosa Tenas, delegada de Manos Unidas Huesca, explica que las raíces de esta tradición se prolongan hasta los tiempos del cristianismo en la Ciudad de Jerusalén. La tradición cuenta en que el siglo IV, en tiempos del emperador Constantino. Santa Elena, la madre de Constantino, viajó a Jerusalén para encontrar la Santa Cruz en la que Cristo murió. En las excavaciones que se realizaron se dice que encontráis tres cruces, pero no sabían cuál era la del Señor. Así que llevaron al lugar a una mujer agonizante y le hicieron tocar las tres cruces. Al tocar el tercer madero, la mujer recuperó la salud. Por ello, en la actualidad, debajo del Santo Sepulcro de Jerusalén hay una capilla dedicada a Santa Elena porque es el lugar donde se encontró la Cruz de Jesucristo.