El domingo de la Ascensión, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. El lema y el mensaje de este año lo dejó escrito el Papa Francisco para la fiesta de San Francisco de Sales patrono de los periodistas.
El lema está sacado de la primera carta del apóstol San Pedro, “compartan con mansedumbre la esperanza que hay en sus corazones” (Cf. 1 Pe 3, 15-16). Refleja la preocupación porque la comunicación hoy no genera esperanza. Estamos en la sociedad de las comunicaciones, las noticias recorren el mundo entero en unos pocos minutos. Todos tenemos en nuestras manos un potente altavoz para comunicarnos y para recibir informaciones y, sin embargo, tenemos que hablar de desinformación y de noticias falsas, de enfrentamiento y crispación.
Se ha considerado a los medios de comunicación como el cuarto poder y lo es en verdad. Los medios de comunicación no son sólo un instrumento para la política, también lo son para el comercio, para crear opinión, dirigir conciencias, organizar movimientos sociales… en todo, las consecuencias son imprevisibles. Además, hay que añadir la potente herramienta de la inteligencia artificial. Todo ello genera una sensación de no saber cómo será el futuro y quién va a dirigir, las personas, las conciencias, la sociedad.
Todo esto hace que esta jornada sea de máxima importancia y actualidad. Pedimos a Dios que ponga mucha esperanza en este mundo de las comunicaciones. Francisco comienza el mensaje denunciando cómo, “con frecuencia la comunicación no genera esperanza, sino miedo, desesperación, prejuicios y rencor, fanatismos e incluso odio”. Se usan mensajes que muchas veces buscan suscitar reacciones instintivas, otras veces se usan para desviar la atención, cambiando la percepción de la realidad y, no pocas veces, se considera al otro como un enemigo.
Ante esto podemos preguntarnos ¿cómo sembrar esperanza en este mundo de las comunicaciones? Nuestra respuesta es “la esperanza viene de Cristo resucitado, vencedor del pecado, que está siempre presente en nuestras vidas, gracias a la fuerza del Espíritu Santo”. Igual que a andar se aprende andando, a ser personas de esperanza, se aprende dando razón de nuestra esperanza. (1 Pe 3, 15-16). Como cristianos se nos pide que nos demos a los demás con delicadeza y respeto. Que la comunicación nos hermane, una nuestros corazones, porque es ahí donde Dios ha puesto la semilla de la esperanza.
El nuevo papa, León XIV, se muestra muy interesado por las comunicaciones. Entre los primeros gestos de su pontificado está un encuentro con los representantes de los medios de comunicación que han estado en Roma cubriendo la información de la muerte de Francisco y de la elección del nuevo del nuevo Papa. Partiendo de la Bienaventuranza, felices los que trabajan por la paz, invita a todos a realizar un tipo de comunicación diferente, a crear una cultura de ambientes humanos y digitales que sean espacios de trabajo y de contraste. Invita, también, a desarmar la comunicación de cualquier prejuicio, rencor, fanatismo y odio y, a crear una comunicación capaz de escuchar y recoger la voz de los débiles, la de los que no tienen voz.
En este domingo, oremos por la transformación y la esperanza en el mundo de las comunicaciones.