El pasado 15 de agosto, la Virgen de la Cama volvió a procesionar por las calles del centro de Teruel, una cita que desde hace un cuarto de siglo forma parte del calendario festivo de la ciudad y que cada año congrega a numerosos fieles y curiosos en torno a esta advocación mariana.
La jornada arrancó en la iglesia de San Andrés, donde la talla reposaba antes de iniciar su recorrido hacia la Catedral. A hombros de los peaneros y acompañada por el párroco de San Andrés, don Blas Sanz, la Virgen fue recibida con jotas y aplausos a lo largo de todo el trayecto. La rondalla Alma Mudéjar acompañó la marcha, imprimiendo con sus voces y guitarras el tono emotivo que caracteriza este desfile religioso.
La llegada a la Catedral estuvo marcada por el rezo del rosario y la posterior misa mayor de la Asunción, presidida por el Vicario General, don Alfonso Belenguer. Los miembros de la Hermandad de Nuestra Señora de la Villa Vieja y de la Sangre de Cristo destacaron el valor histórico y espiritual de esta tradición, que hunde sus raíces en siglos pasados y que se mantiene viva gracias al esfuerzo de cofrades y devotos.
Al término de la celebración litúrgica, la Virgen de la Cama emprendió el regreso a San Andrés, cerrando así un nuevo capítulo de fe y memoria colectiva. Como recordaban algunos de los portadores, “cargar con la Virgen es un privilegio y un compromiso con la historia de Teruel”.