Con la ternura de una madre que abraza, la Virgen de la Alegría acogió bajo su manto protector a diecisiete niños y niñas bautizados en la Unidad Pastoral de Monzón. Padres, padrinos y familiares, acompañaron el día 14 a sus niños y niñas hasta la ermita de la patrona, para participar en un gesto cargado de fe y simbolismo: el paso bajo el manto de María, como signo de consagración, protección y pertenencia a la comunidad cristiana.
La iniciativa, impulsada por el equipo de catequesis de bautismo, nace con la voluntad de tejer un vínculo entre la profunda devoción a la Virgen de la Alegría -tan arraigada en el pueblo- y los nuevos miembros de la Iglesia, en los primeros pasos de su camino en la fe.
Tras la celebración de la eucaristía, los pequeños fueron presentados a la Virgen y, uno a uno, pasaron bajo su manto, en un ambiente de oración, emoción y comunidad. Un gesto que, más allá de lo emotivo, quiere convertirse en semilla de tradición viva, en una ciudad donde María sigue siendo Alegría, refugio y casa para todos.
La Iglesia que peregrina en Monzón no solo los recibe, sino que se compromete, como madre y familia, a acompañarlos y sostener a sus padres en la tarea de educarlos en el amor de Dios.
El encuentro culminó con un sencillo aperitivo en la ermita, compartido entre risas, fotos y palabras de esperanza.