Del 16 al 18 de mayo se ha celebrado en Roma el «Jubileo de las Cofradías», con una procesión extraordinaria en la que se participaron, entre otras, las imágenes del “Santísimo Cristo de la Expiración” de Sevilla (conocido popularmente como “El Cachorro”), la malagueña de “María Santísima de la Esperanza” y el «Jesús Nazareno», una talla del siglo XVII de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno de León. Coincidió esa peregrinación con la Santa Misa de inicio de Pontificado del papa León XIV a la que asistieron también algunos cofrades de nuestra diócesis.
Dentro de los actos preparados en nuestra Archidiócesis con motivo del Jubileo de 2025, tendremos también la oportunidad de participar en una procesión extraordinaria junto al paso de la Virgen de la Esperanza. Así, la archidiócesis de Zaragoza, la Junta Coordinadora de Cofradías, y la Hermandad de Cristo Resucitado y Santa María de la Esperanza y del Consuelo han preparado esta procesión el próximo 31 de mayo a la que todos estamos invitados. La procesión trascurrirá por las calles de Zaragoza, saliendo ese sábado por la tarde de San Cayetano y procesionará hasta la Basílica del Pilar, uno de los templos jubilares de nuestra diócesis.
La esperanza encuentra en la Madre de Dios su testimonio más alto. En ella vemos que la esperanza no es un fútil optimismo, sino un don de gracia en el realismo de la vida. Como toda madre, cada vez que María miraba a su Hijo pensaba en el futuro, y ciertamente en su corazón permanecían grabadas esas palabras que el anciano Simeón le había dirigido en el templo, que tendrán cumplimiento en el Calvario y cobrarán un nuevo sentido con la resurrección, dando un sentido pleno a la esperanza. Sabemos que ella es nuestra Madre y que le podemos confiar nuestras preocupaciones, dolores y esperanzas. Ese el sentido último de esta procesión mariana con la Virgen de la Esperanza.
El acompañar a la Virgen de la Esperanza por nuestras calles, tendrá también un sentido de peregrinación. El papa Francisco, recordaba la dimensión peregrinante de los que participan en el Jubileo. “No es casual que la peregrinación exprese un elemento fundamental de todo acontecimiento jubilar. Ponerse en camino es un gesto típico de quienes buscan el sentido de la vida”. (Francisco, Bula de convocatoria del Jubileo 2025, n. 5). En efecto, vivir este Jubileo nos pide que nos pongamos en camino y que superemos algunos límites. Cuando nos movemos, de hecho, no cambiamos solo de lugar, sino que nos transformamos nosotros mismos. Por eso, es importante prepararse, tomar conciencia de lo que significa la peregrinación y andar con paso decidido hacia la meta.
Os animo pues a vivir este momento de gracia. Peregrinar por las calles de Zaragoza o acompañar esa procesión con la Virgen de la Esperanza, junto a nuestras Cofradías y Hermandades, nos puede brindar una magnífica oportunidad de convertirnos en peregrinos de esperanza.