El domingo 13 de enero un grupo muy numeroso de niñas y niños, jóvenes y mayores acudimos expectantes a la invitación que nos hizo la Acción Católica General de Teruel a una fiesta especial, la gran fiesta del AMOR.

Todo estaba cuidadosamente adornado para la ocasión: corazones rojos de diferentes tamaños y guirnaldas, guitarras, panderetas preparadas y voces afinadas, entonces descubrimos que esa fiesta era la Eucaristía y su protagonista Jesús.

Fue una experiencia gozosa, donde saboreamos y disfrutamos cada momento de la celebración, desde el perdón a la escucha de la Palabra, de la oración por todas las hermanas y los hermanos más necesitados al compartir solidario de la colecta, que fue el compromiso con la asociación Red Madre y su ilusionante proyecto en Teruel.

De allí pasamos a preparar juntos la mesa del encuentro fraterno, de la Eucaristía, símbolo de la gran mesa del mundo en la que Dios quiere que se puedan sentar todos los hombres y mujeres de todas las edades al mismo nivel, donde cada uno tiene algo que aportar, compartir, decir…, y hasta esa mesa llevamos flores, velas encendidas…, a la humanidad entera, para hacerla nueva, llena de esperanza, de vida, y el pan y el vino que se iban a convertir en lo más grande, en nuestro alimento y nuestra fuerza.

Acabamos en otra mesa, la de la merienda, compartiendo chocolate y bizcocho como manda la tradición, y nos marchamos alegres, sabiendo que la Eucaristía, la misa, no termina en la iglesia, como cantamos, sino que la seguimos viviendo fuera, en la vida de cada día. Que así sea.

Acción Católica General de Teruel y Albarracín