La Diócesis de Tarazona celebra hoy la memoria de tres beatos de los mártires de Motril

Diócesis de Tarazona
5 de mayo de 2021

Hoy, 5 de mayo, celebramos la memoria libre o facultativa de los beatos mártires de Motril (Granada), beatificados por san Juan Pablo II el 7 de marzo de 1999.  Es un grupo de ocho mártires que en los meses de julio y agosto de 1936 fueron asesinados.

Siete eran agustinos recoletos y el octavo era el párroco de Motril. De este grupo de mártires tres pertenecen a nuestra diócesis de Tarazona: Vicente Soler Munárriz de Malón; José Rada Royo de Tarazona y Vicente Pinilla Alonso de Calatayud. En el momento de su martirio también pertenecía a nuestra diócesis, Julián Benigno Moreno y Moreno de Alfaro.

El resto de los beatos son: León Inchausti Minteguía de Ajángiz (Vizcaya); Deogracias Palacios del Río de Valdearados (Burgos); José Ricardo Díez Rodríguez de Camposalinas (León) y el párroco Manuel Martín Sierra de Churriana de la Vega (Granada).

Encabeza este grupo de mártires el beato Vicente Soler Munárriz que tras un breve periodo en el seminario de Tarazona ingresó en los agustinos recoletos en Monteagudo (Navarra); tras su ordenación fue misionero en Filipinas pasando por muchas dificultades y persecuciones. De vuelta a España fue en dos ocasiones provincial de Andalucía y en el año 1926 fue elegido general de su orden, aunque renunció a los pocos meses.

José Rada Royo, nació en Tarazona y fue feligrés de la parroquia de la Magdalena. Tras su ordenación fue misionero en Filipinas y Brasil. En Filipinas recibió del gobierno la medalla del Mérito Civil por su interés en promover los recursos del pueblo. En Brasil combinaba la cura pastoral con la atención de las necesidades materiales de los emigrantes italianos.

Vicente Pinilla Ibáñez, nacido en Calatayud y feligrés de la actual basílica del Santo Sepulcro. Tras su ordenación también fue enviado a Filipinas, desarrolló allí con gran celo su apostolado hasta que cayó en manos de los insurgentes y permaneció preso, posteriormente Luego fue destinado a Brasil, donde igualmente trabajó con gran dedicación. Enviado finalmente a España, fue definidor provincial y durante unos años superior del convento de Motril.

Ignacio Tomás Cánovas.
Delegado diocesano del Secretariado de Liturgia

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