Con la señal de la cruz, como “contraseña wifi”, abrió el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, la ceremonia de bendición e imposición de la ceniza con la que se inicia la Cuaresma. En la Catedral de la Asunción de Barbastro, pidió al Señor “comenzar el combate cristiano con el ayuno santo, para que al luchar contra los enemigos espirituales seamos fortalecidos con la ayuda de la austeridad”. Así, y dirigiéndose de forma específica a los cofrades más joven, recordó que este es “un tiempo de gracia, una oportunidad que Dios te brinda para que te conectes con él”.
El obispo invitó a los asistentes, entre los que se encontraba el Alcalde – cofrade nazareno-, a sacar el móvil y, avisando de que para saber a dónde llegar es importante saber dónde se está, les dio indicaciones para utilizar una aplicación y poner en ella su geolocalización: “Estáis en la Catedral de Barbastro, en la casa de Dios; todo Barbastro en torno a la casa del Padre. Felicidades”. Con ese punto de partida, recordó que para el viaje se necesitan “tres cosas en la mochila y nuestros abuelos y tatarabuelos se los sabían bien”: la limosna –“¿y si en vez de dinero regalas tu sonrisa?”-, el ayuno – “¿y si hoy el Señor te pidiera que te prives de insultar, decir groserías, decir tacos, hacer el vago…?”- y la oración. “Haced un foto con el móvil y mandadla a aquella persona que sepáis que necesita vuestra oración y añadid #soycofrade, #soyBarMon, #procesionaréporti”.
A continuación, Ángel Pérez bendijo las cenizas y acompañado del vicario general, Ángel Noguero, y los sacerdotes Antonio Plaza, José María Ferrer y Miguel Ángel Chicharro, las fueron imponiendo a los fieles. La intervención de la banda de cornetas y tambores de la Cofradía del Descendimiento marcó el final de la ceremonia, que también había dado inicio con sus toques.
La bendición e imposición de la ceniza, que ayer se repitió en toda la diócesis, estuvo precedida en Barbastro por el sonido de los tambores y cornetas de las siete cofradías barbastrenses que, desde la plaza del Mercado recorren el centro de la ciudad y van haciendo su entrada en la Catedral. A sus puertas, son recibidos por el obispo y los presidentes, priores y hermanos mayores de las cofradías, que escuchan sus toques. En la vecina Monzón, este año, y como novedad, representantes de las distintas secciones de instrumentos de las siete cofradías de Monzón, acompañados de otros cofrades y feligreses, iniciaron en la Plaza Mayor una pequeña procesión hasta la Catedral de Santa María del Romeral, haciendo que el sonido del bombo y el tambor anunciara la llegada de la Cuaresma. En la iglesia de San José tuvo lugar un pequeño acto con cofrades de Nuestra Señora de la Piedad, que hicieron sonar sus tambores y bombos antes de la celebración.