Pentecostés es la fiesta de los laicos, el “cumTodas las entradaspleaños de la Iglesia”.
En este año jubilar estamos todos llamados a ser signos de esperanza en nuestro día a día, ejemplos vivos de una manera de ser y de hacer desde los valores del Evangelio, comprometidos en la promoción de la justicia, la paz y la fraternidad sabiéndonos parte de una Iglesia sinodal.
Por eso, este año se proponen dos sesiones formativas centradas en la sinodalidad, en el “caminar juntos”: la Iglesia como Pueblo de Dios en camino. La tradicional vigilia de Pentecostés reavivará nuestra esperanza de la mano de las palabras de esperanza del papa Francisco y celebraremos el jubileo de los laicos: como su vivencia personal y comunitaria también trae consigo el compromiso social, podremos colaborar con un donativo para las entidades de Iglesia que trabajan en el campo de la trata de personas y la explotación sexual y laboral, proyecto propuesto por la CEE.