El próximo 25 de abril se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y Vocaciones Nativas, este año bajo el lema, «¿Para quién soy yo?».

¿Cuál es el mensaje de los obispos?
A través de la Comisión Episcopal para el Clero y Seminarios, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Obras Misionales Pontificias Pontificias (OMP) y la Conferencia Española de Institutos Seculares (CEDIS), los obispos quieren visibilizar la llamada vocacional y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de colaborar con la oración y la aportación económica con todas las vocaciones del mundo.
Luis Manuel Suárez, CMF., responsable del área de pastoral juvenil vocacional de CONFER presentó la Jornada en rueda de prensa. Además, han intervenido cuatro testimonios, uno por cada institución.
Materiales de la jornada
- Cartel
- Catequesis para niños, jóvenes y adultos
- Vigilia de Oración
- Semana de oración
- Subsidio litúrgico
- Estampa: castellano, catalán, gallego y euskera
- Mensaje del Papa Francisco
Fomentar las vocaciones es tarea de todos
Por D. Héctor Abel Pérez Conesa
Área de Animación Vocacional de la delegación del Encuentro
El pasado día 10 de abril nuestra diócesis tuvo la oportunidad de vivir la profesión perpetua del hermano Carlos en la capilla de los hermanos de Cruz Blanca en Burbáguena, celebración llena de alegría e ilusión donde uno puede sentir que descubrir la vocación da sentido a la vida, se es feliz y se hace felices a los demás.
Este domingo la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas, con el lema “¿Para quién soy yo?”. Es una llamada a reconocer para qué estamos hechos, qué sentido tiene nuestro paso por este mundo, qué proyecto tiene el Señor para cada uno de nosotros. Él quiere que todos, según la vocación a la que nos llama, testimoniemos con nuestra vida que Él es el Señor.
Necesitamos renovar nuestro ánimo para vivir la esperanza y poder contagiarla, en un tiempo que nos urge a salir al encuentro de los demás, en especial de quienes lo están pasando mal. El Señor nos está llamando a compartir sus dificultades, a conocerlos para amarlos, a vivir cerca de ellos para aprender a quererlos.
La vocación no es solo un don individual, sino, sobre todo, un don para toda la Iglesia. Muchas veces nos planteamos: “¿Qué quiero ser?”; pero la pregunta es más bien: “¿Qué quiere Dios de mí?”. Y ante la sorpresa que nos pueda producir la respuesta, deberíamos responder a esta otra pregunta: “¿Para quién soy yo?”. El secreto de la vida es ser para los demás. Es lo que nos configura y hace aflorar quiénes somos en verdad.
Dios elige y llama para ser presencia de Jesús, el Buen Pastor. Es el regalo que, por amor, nos hace Dios a la vocación a la vida consagrada y al ministerio sacerdotal; un regalo para toda la Iglesia, que sigue necesitando del cuidado del Buen Pastor.
De un modo especial, le pedimos a Dios, en esta jornada, que suscite entre nosotros vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, que estas también surjan abundantes en los países de misión y que no les falten los medios necesarios para desarrollarse.
Desde la delegación del Encuentro, en el área vocacional, queremos animar a no tener miedo a plantear la vocación sacerdotal, consagrada y laical en nuestras familias, amigos y grupos de personas próximas.
No podemos olvidar que fomentar las vocaciones es tarea de todos.