El bello acto de la luz de Belén comenzó con una pequeña representación de tres escenas en las que la llegada de la luz ablandó el corazón de las personas.
Tenemos que ser luz porque hay un Dios enamorado de ti, no hay que tener miedo
Don Antonio, nos recordó con estas palabras la fiesta que estábamos celebrando. Posteriormente se repartió la luz de Belén a los niños procedentes de las parroquias de Teruel, pero no solo de Teruel, recogieron la luz para llevarla a Sarrión, La Puebla, Cella, Mora, Villarquemado, Rubielos… de todas las partes de nuestra diócesis de Teruel y Albarracín.
Al final, únicamente con la lumbre de las velas, rezamos todos el Padrenuestro porque somos una comunidad orante. Seguidamente, se repartió una oración para la cena de nochebuena que ha elaborado nuestro obispo, y se nos invitó a la Misa del Gallo, a las doce de la noche del día 24, en la Catedral de Teruel.