Espíritu de servicio, buen ambiente, desconexión digital y crecimiento espiritual en el Campamento Diocesano Familiar «Pineta 2025»

Rocío Álvarez
1 de septiembre de 2025

Espíritu de servicio, buen ambiente, desconexión digital y crecimiento espiritual son los aspectos clave que más valoran las familias que han participado este verano en la segunda edición del Campamento familiar en el Valle de Pineta, promovido por la delegación diocesana de Familia y Vida. A pesar de las incomodidades parejas a dormir durante una semana en tienda de campaña, la sensación de descanso, la armonía con el resto de familias y la conexión con la naturaleza, cauce directo con el Creador, son algunos de los efectos inevitables de vivir una experiencia así.

Resulta fácil «vender» una experiencia de verano para familias como esta. A pesar de la incomodidad del saco y del pertinaz desorden de la tienda. Algo tiene la aventura de pasar una semana con tu familia en una tienda de campaña, rodeado de otras familias que como tú quieren un ambiente sano para los suyos, en comunión con la naturaleza, hilo directo con el Creador.

Ese «algo» nos lo cuentan varias familias que han querido dar su testimonio. Porque cuando encuentras una joya así, no quieres guardártela, sino compartirla con el resto del mundo. Quieres que prueben la felicidad, igual que la has saboreado tú.

César y Carmen, por ejemplo, no dudan en afirmar que el espíritu de colaboración y servicio ha sido una gran experiencia para toda la familia: «Vivir con otras familias con tanta vocación de servicio siempre es positivo a la hora de que tus hijos vean cómo participan otras familias», señala Carmen. Asimismo, Diego, marido de Elena, recalca que «aunque hay que hacer tareas, siempre son buenas caras y la gente tiene muy buena disposición para colaborar», resaltando «la armonía y el buen rollo del campamento».

Otro de los aspectos que sale a relucir, es que una semana de estas características ayuda a sacar la mejor versión de uno mismo. Bea, mujer de Pablo, lo explica así: «Todos tenemos nuestras luces y sombras y aquí se saca lo mejor de cada uno». 

La comida, el buen ambiente y la desconexión del mundo digital son aspectos que todas las familias destacan de forma muy positiva, pero si uno se lleva la palma es el servicio espiritual del Campamento que ha sido posible gracias al sacerdote diocesano Galo Oria.

Pablo no duda en reconocer cómo las «ceremonias diarias y las meditaciones infantiles nos han acercado más a Dios tanto a adultos como a niños». La hija mayor de Luis y Sissi afirma  rotundamente cómo «aquí las misas no son aburridas» y su hermana Mariví añade que «en la oración de la mañana se hacen teatros donde se puede actuar».

Para Luis, «la vida espiritual y la familiar son pilares importantísimos y poder estar en un lugar así con tu familia cerca de Dios es algo que nos ayuda a crecer». Su mujer Sissi concluye que «convivir con otras familias que están en tu mismo canal es lo que más nutre».

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