Termina el curso y comienza el verano. Y hay que organizarse. Muchos resumen el verano con una sola palabra: nada. No hay que hacer nada. Pero eso es aburridísimo.
El verano es una gran temporada para ver qué tal vamos de imaginación. Pero no solo eso, el verano es una gran época para el cultivo de virtudes.
Algunos os podríais preguntar, ¿qué relación hay entre el verano y las virtudes? Pues mucha, ya que las virtudes solo necesitan tiempo para crecer, y en el verano disponemos de él. En este pequeño artículo te propongo tres virtudes y algunos consejos para el verano.
La primera es la virtud del orden, ya que sin ella poco podremos hacer por las demás virtudes. Tenemos que ordenar nuestra vida, ¡en todos los sentidos! (Ésta nos será especialmente útil para el verano).
Cuando pongamos cada cosa en su sitio podemos ir a por otras. Antes de seguir solo te quiero recordar que todas las virtudes están relacionadas. Si mejoras en una, mejorarás en las demás.
La segunda virtud que te propongo es la generosidad. Generosidad no solo de las cosas materiales. En verano es muy importante que seamos generosos con nuestro tiempo. Y esto pasa por mil situaciones: adelantarte para ayudar en casa, quedar con algún amigo, visitar a algún familiar que hace tiempo que no ves, etc. Resumo: aprovecha el verano para darte a los demás.
Y la última virtud de hoy es la responsabilidad. Asumir las consecuencias de nuestros actos. Dicho de otro modo, al que no haya estudiado durante el curso le toca estudiar en verano. Estos días vacacionales también van a tener consecuencias, si los aprovechamos bien la consecuencia será nuestra felicidad y la de los demás. Pero si nos pegamos mañana y tarde en el sofá, o en la cama, o saliendo de fiesta, etc. ¡será nuestra responsabilidad haber perdido el verano y no haber ayudado a nadie!
¡¡Aprovecha el verano!! (que no está reñido con disfrutarlo)