El Arzobispo comparte mesa con los beneficiarios del comedor social de las Paulas en la Jornada Mundial de los Pobres

El arzobispo de Zaragoza, monseñor Vicente Jiménez, ha compartido la comida de este viernes, 16 de noviembre, con las personas que han acudido en esta jornada al comedor social de las Hijas de la Caridad, que está ubicado en la plaza del Pilar de la capital aragonesa. El menú ha consistido en un plato de garbanzos, otro de bacalao y, como postre, fruta y arroz con leche.

D. Vicente Jiménez ha estado acompañado de la directora de la Obra Social San Vicente de Paúl de Zaragoza e hija de la caridad, Susana Ausina, y ha querido realizar este gesto «de cercanía» con motivo de la celebración este domingo, 18 de noviembre, de la Jornada Mundial de los Pobres.«Los pobres son nuestros amos y señores», ha manifestado el arzobispo, recordando unas palabras de San Vicente de Paúl, fundador de esta orden religiosa. Asimismo, ha dicho que acudía a esta cita «como el que sirve», igual que lo hizo Jesucristo, para añadir que «no soy digno», pero lo ha hecho con amor.

«Solo nos perdonarán lo que hacemos, si lo hacemos por amor», ha comentado al respecto, para recordar que este es el segundo año que se celebra la Jornada Mundial de los Pobres, una iniciativa del papa Francisco que surgió «fruto del Año de la Misericordia, dedicado a mostrar el amor cercano de Dios a los necesitados y a los pobres».

El arzobispo de Zaragoza ha explicado que esta jornada mundial persigue poner a los pobres en el centro, como protagonistas, «no solo para ayudarles económicamente, sino para que sientan acogidos como hermanos en la comunidad, en la Iglesia, en las casas y hagamos visible que son el rostro de Jesucristo porque lo que hacemos al pobre a Cristo se lo hacemos».

Hijas de la Caridad

Monseñor Vicente Jiménez ha indicado que el fundador de las Hijas de la Caridad, San Vicente de Paúl, es «desde el siglo XVII el rostro misericordioso, de cercanía y ternura de Dios a los pobres», una orden de la que en Aragón y Zaragoza «tenemos una rica presencia desde el primer momento».

En la capital aragonesa, cuenta con un comedor social y también realizan otras «muchas obras en favor de los pobres». Al respecto, la directora de la Obra Social San Vicente de Paúl de Zaragoza, Susana Ausina, ha detallado que en el comedor social, que tiene unas 32 plazas, atienden a personas «que no tienen redes familiares, sociales, ni económicas».«Este es un lugar donde siempre pensamos que la persona es lo primero e intentamos que salgan adelante por sus propios medios; les ayudamos a que descubran otra forma de vida», ha expuesto. En él, se dan desayunos y comidas, unas 11.700 al año. No dan cenas, salvo el día de Nochebuena.

Ausina ha relatado que en el caso de los desayunos las instalaciones «están totalmente abiertas» y «a la gente que está pidiendo en la calle les decimos que vengan». Después, cuando llevan un tiempo «les proponemos si quieren salir adelante» o incluso son ellos mismos los que lo hacen.

Para acudir al comedor se pide desde el primer momento «un pequeño compromiso», como avisar en caso de que no se vaya a acudir y aportar un justificante o hacerse ellos mismos sus propias gestiones de papeles, por ejemplo.Acogida

Susana Ausina ha añadido que «hacemos que se sientan a gusto, que vivan bien, tengan dignidad e ir trabajando con ellos para que salgan adelante». También ha comentado que si acuden más personas de la capacidad del comedor se hace un segundo turno. Asimismo, ha señalado que «hay variedad de edades y más hombres que mujeres» y para ayudarles se les ofrece que vayan al centro de día, «que es ocupacional».

Por otra parte, cuenta con 21 viviendas de alojamiento alternativo puente «para personas que necesitan un poco de apoyo para salir de la pobreza», con el objetivo final siempre de que todos «sean autónomos y se sientan como un ciudadano más». Igualmente, cuentan con un piso con capacidad para siete personas destinado a quienes están de permiso penitenciario.

Fuente: Europa Press.