D. Carlos Escribano: «Doy gracias a Dios por los jóvenes entusiastas que participaron en el Jubileo»

Carlos Escribano Subías
5 de septiembre de 2025

Después de unos intensos meses de verano, el curso pastoral ordinario está a punto de comenzar. Es cierto que los veranos son también pastoralmente intensos, pues parroquias, familias, movimientos, colegios, asociaciones o cofradías aprovechan estos meses para hacer campamentos, convivencias, peregrinaciones u otras actividades que tienen un gran contenido pastoral.

Son muchas las que, gracias a Dios, se han desarrollado en nuestra diócesis y por todas y cada una, hay que dar las gracias a los participantes en las mismas, pero de un modo especial a quienes las organizan y las llevan adelante con un encomiable espíritu de servicio. ¡Muchas gracias a todos! Y pido a Dios que sean muchos los frutos que se deriven de tanto esfuerzo y compromiso.

En este verano Jubilar, ha habido una actividad que me gustaría destacar. Fue el Jubileo de los jóvenes que el papa había convocado en Roma en este verano. De nuestra diócesis fueron algunos centenares de jóvenes, de los cuales, quinientos, peregrinaron con la Delegación diocesana de Pastoral Juvenil y Vocacional. Tuve la oportunidad de acompañarlos y doy gracias a Dios por los jóvenes entusiastas que participaron en la peregrinación y por los responsables de la Delegación y de los distintos grupos que hicieron un trabajo impecable de servicio y acompañamiento para que nuestros chicos y chicas pudiesen vivir este momento eclesial tan precioso.

La peregrinación comenzó con una primera parada en Turín, donde pudimos conocer la ciudad y algunos lugares emblemáticos de la misma. Fuimos muy bien acogidos. Cada día de la peregrinación tuvimos también una catequesis y la celebración gozosa de la Eucaristía con nuestros peregrinos. Ya en Roma nuestros jóvenes tuvieron la oportunidad de atravesar una de las Puertas Santas (en nuestro caso la de la Basílica de San Juan de Letrán), y lo hicieron con gran emoción y unción. Otro momento intenso fue la celebración penitencial en el Circo Máximo y el encuentro de los peregrinos españoles en la Plaza de San Pedro del Vaticano con los obispos de España. Este encuentro fue un momento de alegría, entusiasmo y fe, donde nuestros jóvenes, todos vestidos con camisetas “verde esperanza”, pudieron disfrutar de un encuentro fraterno y de la celebración de la Santa Misa con casi 35.000 peregrinos venidos de todas las diócesis de España.

Y terminamos con la peregrinación a Tor Vergata para participar en la Vigilia del sábado y en la Misa de envió del domingo con el papa León. Participaron en torno a un millón de jóvenes. En esos momentos el papa lanzó algunas propuestas que se convierten en tarea para el futuro inmediato de la pastoral con jóvenes: los animó a aspirar a la santidad, a buscar cosas grandes y a no conformarse con menos de lo que Dios les propone. Para ello les pidió cultivar la amistad en Cristo, pues la amistad verdadera y fiel solo se encuentra en Él. El amor y la amistad en Él, les dijo, tienen el poder de cambiar el mundo. También les alentó a buscar la justicia y a servir a los pobres y a ser testigos de la paz que Cristo mismo entregó al mundo. Y les exhortó a construir redes de verdad (pensando en las redes sociales) y a tener coraje para nadar contracorriente, manteniéndose firmes en la fe.

En definitiva, un verano jubilar lleno de momentos para la esperanza que seguro dan muchos frutos.

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